El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, cuya reforma agraria de los años 2000 estuvo marcada por la expulsión de miles de granjeros blancos, amenazó este sábado con expropiar las reservas de animales en manos de los blancos.

“Vamos a invadir estos bosques”, declaró Mugabe, que dirige el país con mano de hierro desde su independencia en 1980, en un discurso pronunciado ante sus partidarios con motivo de la fastuosa fiesta organizada con motivo de su 91 cumpleaños, en las Cataratas Victoria.

“Hay muchos safaris en el campo, muy pocos son africanos, la mayoría son blancos”, sostuvo.

El dirigente más anciano en el mundo aún en el poder (desde 1980) arremetió en particular contra Estados Unidos, por su doble rasero. Por un lado mantiene las sanciones contra su autoritario régimen y por otro permite a sus nacionales cazar en su país, recordó.

“Los estadounidenses nos imponen sanciones pese a que sus propios europeos (blancos) vienen aquí. Siguen teniendo granjas y en privado, organizan la visita de gente de Estados Unidos. Vienen a cazar, se pagan entre sí, matan animales y se llevan los trofeos con ellos”, dijo el presidente.

“No pueden tener ambas cosas”, advirtió.

La caza proporciona un centenar de millones de dólares por año y permite vivir a 800.000 familias en Zimbabue. La prohibición por Washington de importar productos en marfil redujo el año pasado el volumen de negocio de este sector en un 30%, según la asociación de operadores de safaris local.

Aunque la Unión Europea ha aliviado recientemente las sanciones que impuso en 2002 al régimen zimbabuense debido a las violaciones de los derechos humanos y al fraude electoral, por el momento Estados Unidos mantiene las suyas.

En una entrevista, el jueves, con motivo de su cumpleaños, Mugabe reconoció por primera vez los errores de su sangrienta reforma agraria de los años 2000, al admitir que la redistribución de tierras entre la población negra ha provocado problemas y desabastecimiento en el país.

“Creo que las granjas que les dimos a la gente son demasiado grandes. No pueden con ellas”, confesó.

‘Fiesta obscena’ 

Mugabe no reparó en gastos para la fastuosa fiesta por sus 91 años en un lujoso hotel de las cataratas Victoria, uno de los parajes más bellos del planeta, calificada de “obscena” por la oposición. 

Se sacrificaron elefantes y se cortaron siete enormes pasteles, uno de ellos de 91 kilos que reproducía las cataratas del río Victoria, que forman la frontera entre Zimbabue y Zambia.

Ante miles de partidarios del Zanu-PF, el partido en el poder, Robert Mugabe, traje negro, camisa blanca y corbata roja, dejó escapar al aire poco antes 91 globos.

Las extravagantes fiestas de Mugabe son objeto de polémica en Zimbabue, un país sometido a sanciones y empobrecido desde hace décadas.

El opositor Movimiento para un Cambio Democrático (MDC) calificó las festividades de “obscenas”.

“Todo el dinero que ha sido recolectado para esta fiesta extravagante debería ser canalizado inmediatamente para rehabilitar los hospitales públicos, las clínicas y las escuelas rurales” dijo el portavoz del MDC, Obert Gutu, la semana pasada.

Lejos de las críticas, varios oradores desearon buena salud al héroe del día e incluso un dirigente juvenil pidió que el 21 de febrero, el día de su aniversario, se declare feriado en el país.