Las autoridades españolas anunciaron este sábado haber desarticulado una red de distribución de pornografía infantil que utilizaba canales de internet y mensajería móvil difíciles de rastrear y haber detenido a 26 personas en una operación coordinada con investigadores estadounidenses.

Un total de 26 personas fueron detenidas en 24 provincias de todo el país, entre ellas “un entrenador de fútbol que se grababa abusando de menores”, precisó la guardia civil.

“La Guardia Civil con la colaboración del Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el National Center for Missing and Exploited Children, en el marco de la operación internacional denominada Dustman, ha desarticulado una red de distribución de pornografía infantil a través de Internet”, informó en un comunicado.

Esta operación “pone de manifiesto los cambios y evolución de los métodos utilizados por los pedófilos para intercambiar este tipo de material con mayor seguridad, ya que los ahora detenidos buscaban los entornos más privados y de acceso restringido”, como correos electrónicos, redes sociales o servicios de almacenamiento en ‘cloud’, agregó.

A diferencia de las redes de ‘peer-to-peer’ destinadas a compartir ficheros informáticos, en estos canales “prima la confianza entre las personas que se intercambian y distribuyen los videos e imágenes”, señalan los investigadores.

El material pornográfico se redistribuía después mediante aplicaciones de mensajería móvil como Whatsapp, muy popular en España, “dificultando, de este modo, la acción de rastreo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”, añaden.

La investigación se inició cuando los servicios estadounidenses contra la explotación infantil advirtieron a las autoridades españolas de la posible existencia en el país de varios presuntos integrantes de una red de pederastas.

Si algunos de los vídeos había sido grabados por el entrenador que mantuvo relaciones sexuales con menores de su entorno, “los agentes también han detectado casos en los que las imágenes distribuidas habían sido grabadas por los propios menores de edad a sí mismos con dispositivos smartphone y tablets”, según el comunicado.

“Dichas imágenes se subían a la nube de forma automática al tener sincronizados los dispositivos”, agregó la guardia civil recordando a los padres “el uso responsable que deben inculcar a sus hijos respecto a las nuevas tecnologías”.

La operación permitió retirar miles de fotografías y vídeos e identificar a numerosas víctimas.