Estados Unidos descartó este jueves que planee devolver a Cuba el control de la base de Guantánamo, al tiempo que reconoció que la normalización de relaciones con La Habana tomará más tiempo que el restablecimiento de embajadas.

El presidente Barack Obama “piensa realmente que la prisión de la base de Guantánamo debe ser cerrada. Pero la base naval no es algo que deseemos cerrar”, expresó Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca.

Ese territorio, bajo control estadounidense desde 1903, incluye una importante base naval y un controvertido centro militar de detención, que comenzó a ser utilizado para mantener encarcelados a sospechosos de terrorismo apenas cuatro meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Prioridad a las relaciones diplomáticas

El miércoles, al hablar durante la Cumbre de la CELAC en Costa Rica, el presidente cubano, Raúl Castro, puso de manifiesto que la restitución del control de ese territorio de 116 kilómetros cuadrados constituye un paso necesario para la normalización de las relaciones con Estados Unidos.

Castro enumeró otras demandas para regularizar las relaciones, como el retiro de Cuba de la lista norteamericana de naciones que patrocinan el terrorismo y cambios en las normas migratorias estadounidenses, que afirma estimulan la emigración ilegal desde Cuba.

Pero en el tope de la lista del gobierno cubano está el fin del embargo de Washington a la isla, vigente desde 1962.

Con su discurso, Castro hizo evidente la diferencia entre el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas y la normalización de esas relaciones, expresión de que el entusiasmo generalizado de hace un mes por la histórica reconciliación entre los dos países se ha topado con la realidad de las negociaciones, iniciadas hace una semana en La Habana.

Este jueves la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki subrayó esa diferencia, señalando que la prioridad de Washington es restablecer las relaciones diplomáticas con la isla, mientras que la normalización de esas relaciones será un proceso más extenso.

“Nuestro foco ahora es el restablecimiento de relaciones diplomáticas. Aún habrá mucho trabajo para hacer sobre eso, y entendemos que habrá pedidos que (los cubanos) han hecho públicos, y que seguramente discutiremos en las negociaciones”, dijo Psaki a periodistas.

El restablecimiento de las relaciones incluye “cosas como la apertura de embajadas” en los respectivos países, que permitirían trabajar luego en la normalización, apuntó la portavoz.

Iniciativas en el Congreso

Washington anunció recientemente cambios para flexibilizar las restricciones a viajes de estadounidenses a Cuba y el intercambio comercial, pero el grueso de sanciones económicas y comerciales se mantienen en la “ley Helms-Burton” de 1996, y sólo podrán ser desmontadas en el Congreso.

Ocho senadores demócratas y republicanos apuntaron en ese dirección este jueves al presentar una ley para acabar con las restricciones de viajes de estadounidenses a Cuba.

“Veremos un cambio dramático en Cuba si hay más viajes, intercambios y negocios entre nuestros dos países”, dijo uno de sus promotores, el senador demócrata Dick Durbin.

En el mismo sentido, otros siete senadores republicanos, incluyendo Rand Paul, un posible aspirante a la Casa Blanca en 2016, celebraron en una carta la nueva política de Obama hacia Cuba y prometieron acompañarla con iniciativas legislativas.

Obama también llamó al Congreso a iniciar este año las tareas para poner punto final al embargo a la isla, durante su discurso del Estado de la Unión la semana pasada.

No obstante, las voces mayoritarias entre los republicanos, que dominan ambas Cámaras, son más escépticos a cualquier flexibilización del embargo, que algunos ven como una concesión al régimen monopartidista cubano.

Desde 2009, los estadounidenses de origen cubano pueden viajar libremente a Cuba y enviar remesas sin límites de monto a sus familiares en la isla.

En tanto, la representante Betty McCollum presentó un proyecto de ley que pone fin a las transmisiones de la Radio y la TV Martí, alegando que desde su creación, en 1983 ya costó 770 millones de dólares y tienen una penetración de audiencia de apenas 2%.