La ONG Human Rights Watch denunció este lunes “el uso excesivo de la fuerza” por la policía “contra manifestaciones pacíficas” en Egipto, tras la muerte de al menos 15 personas la víspera en concentraciones con motivo del cuarto aniversario de la revuelta de 2011.

“Cuatro años después de la revolución, la policía mata todavía regularmente a manifestantes”, denunció en un comunicado la directora para Oriente Medio de HRW, Sarah Leah Wilson.

Los abusos policiales fueron una de las principales causas del levantamiento popular de 2011, que terminó con la presidencia de Hosni Mubarak. El actual presidente, Abdel Fatah al Sisi, está acusado de instaurar un régimen aún más represivo.

Al menos 15 civiles, en su mayoría manifestantes islamistas, murieron el domingo en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en concentraciones organizadas por los partidarios del presidente islamista Mohamed Mursi, destituido y detenido por el ejército en julio de 2013.

“Cuando el presidente Abdel Fatah al Sisi cuidaba su imagen internacional en el Foro de Davos, sus fuerzas de seguridad recurrían a la violencia contra egipcios que participaban en manifestaciones pacíficas”, añade HRW.

La fiscalía egipcia abrió una investigación por la muerte el sábado por la noche de Shaima al Sabagh, una manifestante de 34 años perteneciente a un partido laico de izquierda, por un disparo. El ministerio del Interior negó que sus agentes mataran a la joven.

Desde el derrocamiento de Mursi, las fuerzas de seguridad egipcias han matado a más de 1.400 manifestantes islamistas, 700 de ellos en pocas horas en el centro de El Cairo en el desalojo de una concentración islamista el 14 de agosto de 2013. Para HRW, se trata de la “peor matanza masiva de la historia moderna de Egipto”.