Mediante exámenes de orina y sangre, el Instituto de Salud Pública confirmó que 45 niños que asisten a dos jardines infantiles del Puerto de Antofagasta están contaminados con arsénico y 107 con plomo. Metales pesados que provocan cáncer y que su presencia en el organismo sólo se explica en trabajadores de la gran minería.

Según la vocera de la organización “Este Polvo Te Mata”, Gisella Avaria, el foco contaminante es un galpón de acopio de cobre de la Empresa Antofagasta Terminal Internacional, ATI, ligada al grupo Luksic y que está emplazado frente a los jardines infantiles.

Según Gisella, las autoridades saben que la contaminación proviene de ese lugar, agregando que la actual ministra de Minería, Aurora Williams, impulsó la construcción del galpón cuando era gerenta de finanzas de la empresa, el año pasado.

Los vecinos siempre se han opuesto a la operación del galpón. De hecho, a raíz de tres denuncias recibidas en contra de la empresa, la Superintendencia de Medio Ambiente realizó una investigación y cursó un proceso sancionatorio en diciembre del año pasado en contra de ATI por no cumplir con la resolución de calificación ambiental.

La empresa respondió ofreciendo un plan de mitigación para subsanar las infracciones, según lo explicó en covnersación con CNN el superintendente Cristián Franz.

Fuera de las responsabilidades que le caben a la fuente contaminante, el presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, acusó al Gobierno de actuar negligentemente en este caso y de “bajarle el perfil” a la situación que afecta a los niños.

En respuesta, el ministro subrogante de Salud, Jaime Burrows, aseguró que los niños no requieren de tratamiento y que el Gobierno se abocará a la detección de la o las fuentes contaminantes.

Por lo pronto la alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, anunció que los 380 niños del jardín infantil Semillita serán reubicados y hoy, una delegación de ministros de Estado se traslada a la zona para evaluar la situación.

Tras la publicación de esta nota, la empresa ATI emitió la siguiente declaración:

El problema de la contaminación en Antofagasta es histórico, según numerosos estudios que así lo han demostrado, los más recientes de los años noventa. La ciudad es heredera de pasivos ambientales producto de diversas actividades mineras, que por años se realizaron sin los debidos resguardos.

Desde que ATI asumió la concesión en 2003 ha contribuido a mejorar la situación medioambiental de Antofagasta. Modernizó los procesos para la transferencia de concentrados minerales; construyó la primera bodega para graneles minerales equipada con tecnología de presión negativa (que impide la fuga de emisiones al exterior) y terminó con el acopio de los minerales que por décadas se efectuó a la intemperie. Desde que ATI tomó la concesión no acopia concentrados de origen mineral al aire libre.

Los resultados de los exámenes realizados recientemente por el Servicio de Salud no han sido interpretados de forma correcta. Tal como han señalado las autoridades, no permiten determinar cuál es la o las fuentes de contaminación, pero sí muestran una notable mejora de los índices en relación a mediciones efectuadas anteriormente. Exámenes efectuados a niños en 1997 y 1998, revelan que el 40% de ellos presentaba niveles de plomo por sobre la norma de la OMS, mientras que hoy, en momentos en que se han triplicado los envíos de concentrado de cobre, ningún niño de los jardines evaluados superó dicha norma. Lo mismo respecto de nuestros trabajadores. En septiembre y octubre pasado, ATI practicó exámenes para medir la presencia de cobre, plomo y zinc y los resultados se ubicaron dentro de los rangos normales fijados por la OMS.

Respecto del arsénico hay que recordar que ese elemento está presente de forma natural en el suelo antofagastino y años atrás fue un problema de contaminación.