Los incendios forestales cada año cobran la vida de silenciosas víctimas, defendidas por pocos. Se trata de animales y plantas que ven su hábitat destruida por las -en muchas ocasiones- miles de hectáreas consumidas por la acción del fuego.

Estos siniestros no sólo causan pérdidas materiales, sino que el daño al ecosistema se vuelve un desafío constante para los organismos encargados de proteger las especies con las que convivimos a diario.

En Chile la mayoría de estas catástrofes se desencadenan por acción del hombre, al manipular irresponsablemente fuentes de calor cercanas a vegetación. Sólo en el periodo 2014-2015 se han originado 1868 siniestros, en donde la región del Bío Bío lidera el ránking con 487 y le sigue la de Valparaíso muy cerca con 435, según estadísticas de la Conaf hasta este jueves 15 de enero.

Los suelos al ser devastados por el fuego, pierden nutrientes y se vuelven débiles para ser el nido de futuras especies arbóreas. Además los que sobreviven tienen que cargar con quemaduras, incrementando su vulnerabilidad para contraer enfermedades y plagas de insectos u hongos.

ARCHIVO | Cristian Opazo | Agencia UNO

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Procesos como la fotosíntesis, vital para las plantas, se vuelve más difícil debido a que la calidad del aire, la alteración del ciclo de los nutrientes e hidrológico, la pérdida de la cubierta vegetal del suelo, más la erosión son altamente perjudicadas por los incendios, según explica la Conaf en el documento Restauración ecológica para ecosistemas nativos afectados por incendios forestales.

En cuanto a las especies de flora y fauna afectadas por los siniestros, principalmente originados en los bosques, se encuentran conejos, zorros, aves y especies nativas de árboles, como el pitao.

Este último, incluido dentro del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, es sometido a un fuerte programa de conservación de especies, el que además fue declarado como una especie en peligro de extinción. Mientras que en 1995 fue nombrado como monumento natural, prohibiendo su tala.

Además los parques nacionales que existen a lo largo de Chile, ayudan a mantener plantas nativas que se encuentran amenazadas.

www.conaf.cl

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Recuperación

La destrucción generada por las llamas es impresionante. Como los suelos quedan expuestos a las lluvias de invierno, ya que no hay vegetación para protegerlos, su recuperación se dificulta y tarda entre dos a tres años en restaurarse. En cuanto a los árboles su proceso es más lento, ya que para volver a vivir necesitan al menos 10 años.

En Chile existen los parques y monumentos nacionales que están encargados de proteger la flora nativa, sin embargo, en los incendios forestales se quema cerca del 60,7% de estas especies.

En cuanto a la flora endémica, presente en la zona central de nuestro país, tales como el quillay, litre y molle, peumo, boldo y lilén, podrían demorarse entre 30 y 40 años en volver a crecer.

Finalmente lo más grave sigue siendo la erosión, ya que luego de los incendios son distintos los factores que influyen para su regeneración, como ya mencionamos la lluvia es uno de los más graves, y en el caso que esto no se pueda controlar pueda llevar a la desertificación.