Llevar de paseo o vacaciones a un abuelito trae importantes beneficios para su salud e incluso bienestar mentar, sin embargo, hay que tener consideraciones especiales a la hora de organizar las vacaciones y el viaje.

La Jefa de carrera de Técnico de Nivel Superior en Gestión Social e Integración del Adulto Mayor de la U. del Pacífico, Andrea Lobos, asegura que sin importar los impedimentos, lo primero siempre debe ser considerar al adulto mayor dentro de los planes y decisiones familiares. “Es de suma importancia darle opinión sobre el destino o los lugares que le gustaría visitar; eso le entrega un valor de autonomía y sentido de pertenencia”, señala.

Luego, plantea que la mejor manera de planificar las vacaciones es llegar a un consenso con todos los integrantes de la familia; elegir entre todos, tanto el lugar como las actividades que se realizarán. “Es importante integrar actividades para los gustos de cada familiar, fomentar el pasar tiempo juntos, el descanso y la recreación”, agrega Lobos.

En grupos familiares donde hay un adulto mayor autovalente y también niños de todas las edades, la especialista dice que se debe coordinar las actividades, lugares y tareas a realizar en las vacaciones, integrando a toda la familia. “Es recomendable dar tareas al adulto mayor para que se sienta útil, por ejemplo, que se encargue de crear las actividades recreativas para los dos primeros días de vacaciones; luego serán los nietos quienes creen las actividades o juegos para los siguientes días”, sugiere.

La experta de la Universidad del Pacífico enfatiza que es bueno tener claro que disfrutar de vacaciones familiares junto a nuestros adultos mayores es un gran aporte. “El adulto mayor entrega la experiencia; puede dar a conocer qué actividades desarrollaba cuando él era joven, programar actividades y colaborar con el cuidado de los niños”, indica.

Sin embargo, se deben tener en cuenta algunas consideraciones especiales. “Depende de los intereses de cada adulto mayor y lo recomendable es escoger lugares seguros, donde se cuente con acceso a servicios básicos y centros de salud. Además de considerar la implementación adecuada a cada lugar, como vestimenta, calzado, llevar un botiquín con los medicamentos frecuentes y números de contacto de familiares en caso de alguna emergencia”, recomienda Andrea Lobos.

Cuándo no

Si bien existen todas estas bondades, la especialista explica que también las familias deben entender que no siempre es bueno que los abuelitos los acompañen en sus vacaciones. “Por ejemplo, cuando este es totalmente dependiente o bien cuando las condiciones del lugar a visitar no sean las adecuadas a los requerimientos del adulto mayor”, precisa.

También hay otros casos en que las personas de la tercera edad deciden quedarse en casa o salir solo con sus amigos. “En estos casos, siempre se debe considerar el estado de salud del adulto mayor. De quedarse solo en casa, es necesario crear un calendario diario de medicamentos o bien solicitar la colaboración de otro familiar para su supervisión y, obviamente, mantener una comunicación fluida durante el tiempo que estén alejados”, concluye la docente de la Universidad del Pacífico.