El primer número de Charlie Hebdo desde el atentado que diezmó a la redacción del semanario se agotó este miércoles en toda Francia y su tirada pasará de tres a cinco millones de ejemplares para hacer frente a la demanda, anunció a la AFP la distribuidora.

“El editor decidió esta mañana subir la tirada a 5 millones”, declaró Véronique Faujour, presidenta de la distribuidora MLP. Serán distribuidos a razón de unos 500.000 ejemplares diarios, lo que permitirá abastecer a todos los quioscos que lo pidan, afirmó.

El número histórico del semanario se había agotado el miércoles por la mañana en toda Francia poco después de aparecer en los quioscos.

En su portada, los supervivientes del semanario representaron a Mahoma con una lágrima portando un letrero “Yo soy Charlie” y bajo el título “Todo queda perdonado”, tras el ataque que dejó 12 muertos, entre ellos los dibujantes más destacados de la revista satírica.

Los kiosqueros no dan abasto

“Deberían haber previsto más cantidad, no damos abasto”, comenta un kiosquero parisino que no sale de su asombro al ver su negocio tomado por asalto desde la madrugada por clientes que le reclaman la edición histórica de Charlie Hebdo realizada por los sobreviviente del atentado.

En toda Francia se repite la misma escena: vendedores de diarios desbordados por la demanda, ante clientes decepcionados por no haber podido comprar el semanario.

En algunos casos, se llega a las manos para obtener este número excepcional, con Mahoma llorando en primera plana. Extraña revancha para un semanario cuyas ventas bajaban y cuyo fin proclamaron los autores del atentado proclamaron el fin al gritar “Hemos matado a Charlie Hebdo”.

“No había visto algo así en toda mi vida. Sesenta personas que hacían cola antes ya de que abramos, a las seis de la mañana. Y no eran clientes habituales”, cuenta Marie-Claire, gerente de un kiosco de la estación ferroviaria parisina de Saint-Lazare.

“Tenía un centenar de ejemplares, se vendieron todos en un cuarto de hora”, afirma igualmente Majida Danadi, propietario de un quiosco situado a un centenar de metros de la sede de Charlie Hebdo, donde se produjo el ataque que dejó doce muertos la semana pasada. “La gente lo compra para apoyar a la revista, piensan también que será un número de colección”.

Para responder a esa demanda masiva, el editor decidió este miércoles aumentar el tiraje, ya excepcional, de tres a cinco millones de ejemplares. La venta, prevista también en varios países extranjeros, se mantendrá en Francia durante ocho semanas.

Convertido en símbolo de la libertad de expresión, Charlie Hebdo es reclamado por todos lados, incluso en los barrios en los que antes no encontraba compradores.

Hay quienes compran el semanario pese a que desaprueban su portada. “Soy musulmán practicante y creo que tiene que haber límites” a la libertad de expresión, dice Farez, mientras cubre con la mano la caricatura de Mahoma. “Pero lo compré”, agrega.

Ejemplares de Charlie Hebdo son propuestos ya en internet a precios estratosféricos; hasta cerca de 900 euros, cuando su precio normal es tres euros.