La Unión Europea planea crear en Bélgica una célula de expertos que podría asesorar a los países miembros para luchar contra la propaganda yihadista, indicó al periódico belga Le Soir un alto funcionario de la UE.

“La idea es que haya en Bélgica una célula de expertos capaz de aportar a los países de Europa respuestas inmediatas ante un problema de comunicación muy serio”, declaró al periódico el coordinador europeo de lucha contra el terrorismo, Gilles de Kerchove.

Las redes sociales se han convertido en un importante instrumento de reclutamiento de los grupos yihadistas. Así, la organización Estado Islámico (EI) ha difundido varios videos mostrando decapitaciones de rehenes occidentales.

Los expertos que participan en este proyecto piloto ofrecerán elementos “contranarrativos” y otros mensajes para combatir la propaganda del EI y otros grupos yihadistas, afirmó Kerchove.

Por ejemplo, los expertos podrán difundir entrevistas con yihadistas que regresaron de Siria desilusionados por estos “enfermos que sienten placer con la violencia” o porque ya no se lucha para derrocar al presidente sirio Bashar al Asad, sino entre grupos insurgentes.

El proyecto aún no está finalizado, pero Kerchove afirmó que la Comisión Europea procura invertir un millón de euros en 18 meses para contratar a cinco o seis expertos que trabajan en el ministerio del Interior belga, según Le Soir.

La célula tendrá una capacidad limitada para asesorar simultáneamente a un puñado de gobierno europeos que tengan problemas de comunicación.

“Veremos si sale algo” de este proyecto, declaró Kerchove.

“Si las cosas marchan bien, probablemente algunos países (…) quieran seguir desarrollándolo con sus propios medios. La idea es asesorar; luego el Estado hace lo que quiere”, agregó.

La Comisión Europea no realizó comentarios a este respecto.

Kerchove había dicho a la AFP en septiembre que el número de yihadistas europeos que habían ido a combatir a Irak o Siria ascendía a 3.000, en momentos en que países miembros de la UE estimaban que algunos de ellos podían representar una amenaza “terrorista” a su regreso a Europa.