Una agrupación en España ha solicitado a los establecimientos educacionales retirar las señales WiFi, ante el riesgo de posibles daños a la salud que suponen estos aparatos de radiofrecuencia.

Se trata de la Fundación Vivo Sano que ha montado una campaña online con el fin de conseguir adeptos para hacer realidad la idea, de la que muchos padres, profesores y autoridades “no son conscientes”.

“Exigimos que se retiren las instalaciones WiFi de las aulas tan pronto como sea posible, pero no el apagón de la red. Abogamos por un uso racional de la tecnología, y por un acceso a Internet seguro y saludable”, explicó al diario ABC el responsable del área de contaminación electromagnética de la Fundación Vivo Sano, Raúl de la Rosa.

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La petición es justificada en la resolución 1815 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, donde se pide: “Adoptar todas las medidas razonables para reducir la exposición a los campos electromagnéticos, especialmente las radiofrecuencias emitidas por los teléfonos móviles y, en especial, la exposición de los niños y jóvenes, que al parecer corren un riesgo mayor de sufrir tumores en la cabeza”.

Asimismo, citan el caso de Francia, que en una enmienda para un proyecto de reconstrucción de las escuelas de la República, se solicita cambiar las señales inalámbricas por cable. A juicio de De La Rosa, ello busca “presionar a las autoridades estatales y locales para proteger a los niños, especialmente los más jóvenes, de la influencia nociva de las ondas electromagnéticas en nombre del principio de precaución“.

La organización espera que los distintos ministerios de gobierno, relacionados al tema, tomen cartas en el asunto y regulen estas conexiones.

¿Es perjudicial el WiFi?

Sobre este tema indagó la revista Consumer, que concluyó que la tecnología WiFi “es inofensiva”. ´

Según explican, el WiFi usa “una banda del espectro cercano a las ondas microondas, un escalón energético por encima de las ondas de radio pero por debajo de la luz visible. En otras palabras, la luz de una bombilla transmite más energía que una red WiFi, y si vivimos rodeados de bombillas sin enfermar, en principio podemos hacerlo rodeados de redes WiFi”.

Asimismo, recuerdan que la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado en un informe en su sitio web, que no existen datos científicos creíbles sobre daños a la salud por la exposición al WiFi.

“Los niveles de exposición a radiofrecuencia de las estaciones radiofónicas de base y las redes inalámbricas son tan bajos, que los aumentos de temperatura son insignificantes y no afectan a la salud de las personas”, agregan.

De esta forma, no es necesario seguir ciertas recomendaciones, como apagar el WiFi de noche o no dormir cercanos a ellos, puesto que en los 15 años de investigación, jamás se ha encontrado efectos negativos en las personas.