Los sudamericanos tienen más opciones que nunca a la hora de elegir qué auto comprar: desde el clásico sedán hasta el SUV de moda, pasando por el vehículo de pequeña cilindrada y monstruos “tragagasolina”. Pero, al fin y al cabo, la economía es la que manda.

Vehículos utilitarios deportivos (SUV), 4×4, autos con motores de muy bajo consumo, coches de lujo de marcas emblemáticas y por supuesto, carros más tradicionales; todo está en la vidriera en una región que ha tenido años de bonanza económica.

Las tendencias cambian por país, de la mano de diferentes cargas fiscales, factores culturales, pero sobre todo, el costo de la gasolina y la disponibilidad de modelos, que condicionan fuertemente cualquier decisión de compra y el precio de los coches.

“El mercado (regional) en la última década fue mostrando un dinamismo muy importante: todos los países que se beneficiaron de la bonanza del boom de las commodities tuvieron una tendencia a la apreciación de sus monedas que impulsó los salarios”, que “crecieron por encima del precio de los autos y eso les impulsó sus mercados”, explicó a la AFP Gonzalo Dalmasso, coordinador de análisis del sector automotor de la econsulta argentina Abeceb.

Las mayores diferencias, según el experto, están entre los países del Pacífico y del Mercosur.

“Son mercados que tienen características diferentes por las ambiciones productivas que tienen”, señaló Dalmasso. “Argentina y Brasil tienen un polo productivo mientras que Chile, Perú y Colombia no tienen producción y por ende tienen una política mucho más aperturista”.

“Eso afecta mucho también el patrón de las ventas. Más allá de lo que les guste (…) a los consumidores, es la disponibilidad” que determina la elección de compra, señaló.

 - Gustos y posibilidades - 

No siempre el gusto determina la compra. Eso es notorio en los países productores más proteccionistas con su industria automotriz, como Argentina y Brasil, y también en aquéllos que tienen alta carga fiscal sobre vehículos y gasolina cara.

En el Mercosur, donde hay países productores y países esencialmente importadores de autos, dominan los carros del segmento B, más compactos, sin llegar a ser los más pequeños, con 55% de las ventas, según datos de Abeceb.com.

En Brasil, un país de más de 200 millones de habitantes, que cuenta con una poderosa industria de fabricación, dominan estos vehículos de cilindrada baja, entre 1.000 cc y 1.500 cc, explicó a la AFP Jarbas Salles Avila, editor general de la revista especializada Mercado Automotor.

“El mercado brasileño tiene un énfasis muy grande hacia autos 1.0, en función del precio y en función de la economía” desde hace tiempo, señaló Avila.

Aunque la situación de los consumidores brasileños mejoró en la década pasada “los autos todavía son muy caros”, dijo Avila. Eso deja -literalmente- de a pie a muchos brasileños sin recursos para adquirirlos y mantenerlos.

En Argentina, señala Dalmasso, los autos pequeños se multiplican rápidamente.

Chile, importador de vehículos, registra ventas lideradas por los coches para pasajeros, tanto livianos como medianos, con una oferta de más de 276 versiones, explicó en un correo electrónico a la AFP el secretario general de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, Gustavo Castellanos.

Los SUV, vehículos más espaciosos, elevados, y con motorizaciones más poderosas, ocupan el segundo lugar en las preferencias.

La tendencia es similar en Uruguay, donde año a año se baten récords de ventas de carros .

Según Rodrigo Barcia, editor del sitio especializado autoblog.com.uy, si bien no domina sobre los coches de baja cilindrada, el segmento SUV sí “está creciendo más que el propio mercado cada año”.

En Uruguay el litro de gasolina cuesta 1,80 dólares (6,84 USD el galón).

En Chile, los precios menores acompañan a los vendedores. Castellanos destacó que el 91% de los vehículos del segmento líder que ingresan al país “no pagan derecho de internación gracias a los tratados de libre comercio” que el país ha firmado.

Algunos países como Ecuador han impuesto restricciones a la importación que derivaron en caídas generales en ventas, al menos hasta este 2014 cuando el mercado parece haberse estabilizado y comienza a revertir la tendencia.

Cierra la lista el particular caso de Venezuela, el país con la gasolina más barata de la región, donde la casi nula producción e importación de vehículos en un contexto de fuerte restricción cambiaria hace que los locales deban inclinarse por los usados disponibles, que pueden costar más que un coche nuevo.

Para Dalmasso, a futuro, América Latina tenderá cada vez más a patrones de consumo similares a los del resto del mundo.

“Los mercados, a medida que van madurando, van siguiendo la tendencia global en la producción. Hay una tendencia mundial a tener cada vez más modelos globales en las diferentes regiones del mundo”, concluyó.