Una inusual huelga de tres horas paralizó el transporte público de pasajeros en Argentina la mañana del jueves en reclamo de la eliminación de un impuesto al salario y de un pago extraordinario para paliar la inflación, informaron fuentes sindicales.

Entre las 04:00 y 07:00 horas locales se suspendieron los servicios de ferrocarriles, autobuses urbanos, metros, marítimo y aéreo, con asambleas gremiales en los lugares de trabajo.

El paro tuvo “un alto nivel de adhesión”, dijo el dirigente sindical marítimo Juan Carlos Schmid.

La medida afectó sobre todo a los que deben salir de sus casas en la madrugada y no tienen la opción de recurrir a su automóvil. A partir de las 07H00, los transportes volvieron paulatinamente a la normalidad.

El anunciado paro produjo un aluvión de automóviles particulares en las calles de Buenos Aires y su periferia, ya que todos los propietarios de un vehículo decidieron utilizar ese medio por si la medida de fuerza se prolongaba.

El gobierno criticó la protesta al sostener que “los principales perjudicados son los trabajadores”, dijo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en rueda de prensa en el aeropuerto capitalino antes de embarcar hacia Brasil, junto al ministro de Economía, Axel Kicillof.

“El gobierno apela a la comprensión de todos, todo no se puede”, dijo Capitanich tras afirmar que “el esfuerzo que ha hecho el Estado es significativo” para sostener esos servicios públicos.

Los sindicalistas reclaman que se eleve el piso salarial de 15.000 pesos (1.750 dólares) a partir del cual se paga el Impuesto a las Ganancias, que fue elevado en enero pasado por última vez pese a los posteriores aumentos de sueldo de entre 25 y 30% por las negociaciones paritarias.

Además piden un bono extraordinario antes de fin de año para paliar la pérdida del poder adquisitivo de los salarios debido al alza del costo de vida.

La inflación acumuló de enero a octubre 21,4%, según la medición oficial que difiere en al menos 10 puntos del índice elaborado por consultoras privadas y que la oposición difunde en el Congreso, que oscila entre 30% y 41,2%.

Kicillof volvió a negar este jueves la credibilidad de los datos de inflación estimados por la oposición, que explican el reclamo sindical pero que el ministro calificó de “mamarracho total”.

“Algunos opinadores profesionales han tratado de instalar que la inflación en Argentina es del 40%. Incluso observando consultoras cuya metodología es una mezcla de mística, chantería y oscuridad, ninguna de ellas ni siquiera da ese valor para el incremento de precios”, abundó.

El ministro hizo declaraciones antes de embarcar a Brasil, un viaje que se enmarca en “una agenda permanente que el gobierno mantiene con Brasil, su principal socio comercial”, dijo.