El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció este miércoles un plan para reactivar el crecimiento de la Unión Europea (UE) mediante la creación de un fondo que atraiga al menos 315.000 millones de euros en inversiones.

“Luego de años de combatir para restaurar la credibilidad fiscal y promover las reformas, añadimos un tercer punto a un triángulo virtuoso: un ambicioso plan de inversiones para Europa”, dijo Juncker ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo.

Juncker, que presentaba el esperado plan de inversiones a los eurodiputados, explicó que la UE, luego de años de crisis económica, necesita “reformas para modernizar y preservar nuestra economía de mercado social (…) responsabilidad fiscal para restaurar la confianza y la sostenibilidad de nuestras finanzas públicas” y para completar estos dos pilares la UE “necesita ahora estimular las inversiones”.

Según las cifras adelantadas por Juncker el bloque perdió inversiones por 370.000 millones de euros en comparación con los niveles de 2007, antes de la crisis financiera y de la deuda que sumió a la UE en el marasmo económico y llevó al euro al borde del precipicio. Para Juncker, esto se debió a la “falta de confianza y de credibilidad”.

El presidente de la Comisión señaló que “a pesar de la importante liquidez que hay en los mercados y en los bancos, las inversiones no repuntan” en el bloque y dado el aumento de la deuda pública, del 60% del PIB de la UE al 90% “en apenas pocos años, para “responder a esta patología” la UE debe atraer a los inversores.

“El dinero no caerá del cielo”

“Las necesidades son grandes, este es el desafío de una generación”, insistió Juncker. “Europa necesita arrancar y hoy la Comisión le da la chispa de arranque”, dijo Juncker.

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El nuevo plan consiste en la creación de un Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (FEIE) que ambiciona captar inversiones por unos 315.000 millones de euros. “El dinero no caerá del cielo (…) debemos atraerlo”, dijo Juncker.

Para ello la UE y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) destinarán 21.000 millones de euros como garantía de los proyectos de inversión.

La garantía de la UE y del BEI, a través de un “efecto multiplicador”, que la Comisión estima en 15, permitirá financiar las etapas más riesgosas de los proyectos por el BEI hasta por 63.000 millones, y luego un efecto multiplicador superior permitirá a los inversores privados participar en proyectos por unos 252.000 millones, un total de 315.000 millones de euros para los próximos tres años.

Los países miembros de la UE podrán participar en el fondo. Si lo hacen, el fondo podría ser superior a los 315.000 millones anunciados, dijo Juncker y agregó que necesitan “un mecanismo flexible, de utilización simple, que pueda desarrollarse con el tiempo. Podrá ser renovado en 2018, 2019, 2020″.

Multiplicación de panes

La canciller alemana Angela Merkel afirmó “apoyar en su principio” este plan europeo, pero en un discurso ante el parlamento alemán dijo que “lo importante” es saber “en qué proyectos” se invierte. Francia, seguna economía del bloque detrás de Alemania, acogió por su lado “favorablemente” el plan, indicó el portavoz del gobierno, Stéphane Le Foll.

Pero para algunos el plan de Juncker se asocia más bien al milagro financiero y lo consideran alejado de la realidad. “La Comisión parece contar en un milagro financiero, como la multiplicación de panes y peces”, estimó la Confederación Europea de Sindicatos en un comunicado.

El eurodiputado de los Verdes, Philippe Lamberts, consideró “poco creíble” el efecto multiplicador de 15, mientras que Dimitrios Papadimoulis, también de los Verdes, estimó que el plan no era suficiente, “es una gota en el océano”.

La Comisión no cuenta con el aporte de los países de la UE, aunque estos podrán contribuir al fondo de garantía, lo que será “considerado de manera favorable” a la hora de calcular el déficit público de cada uno, explicó la Comisión en un documento.

Los proyectos financiados serán elegidos en una lista presentada por los Estados miembros, pero no habrá “cuotas por países”.

Un comité de expertos se hará cargo de la selección teniendo en cuenta la pertinencia de los proyectos en función de las prioridades definidas por la Comisión. Estas son las “infraestructuras estratégicas”, que incluye inversiones en el sector digital y en la energía, las infraestructuras de transporte, la educación, la investigación y la innovación.

Una parte del dispositivo del plan, de unos 75.000 millones, estará orientado a a financiar las PyMES, mientras que los 240.000 millones restantes a proyectos de largo plazo.