“El Barbero” del Metropolitan triunfa en toda su línea con impresionante versión

Isabel Leonard como Rosina- Metropolitan
Isabel Leonard como Rosina- Metropolitan
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Obra maestra de Gioacchino Rossini y joya máxima del repertorio de la ópera bufa, “El Barbero de Sevilla” se ofreció este fin de semana en el Teatro Nescafé de las Artes, con una celebrada producción vía satélite, en directo desde el Metropolitan Ópera House de Nueva York, con un celebrado elenco de cantantes, dotados de voces realmente impresionantes.

Con un marco visual que conjuga refinada hermosura e incesante creatividad, volvió a presentarse en la capital chilena, esta composición lírica, definida como “una comedia belcantista”, donde las situaciones más hilarantes marchan, permanentemente, de la mano de una música cuya chispeante belleza ha contagiado y atrapado al público desde el primer compás ya por, casi, dos siglos.

En una partitura que fue compuesta en el increíble período de sólo trece días, “El Barbero de Sevilla” de Rossini exhibe una verdadera explosión melódica, que va asignando, número tras número, trozo tras trozo, lucimientos extremos a todos sus personajes, tanto en forma unitaria como en dúos, tríos y conjuntos mayores que llegan a su máxima expresión en el gran concertado final del acto primero.

Imposible no destacar entre los números solistas aquel célebre “Largo al factotum” (“Fígaro qua, Fígaro là”), con que el simpático y astuto barbero se presenta a la audiencia, aunque eso no lo es todo, ya que debemos considerar otras arias famosas, como la sin par cavatina (interpretación) de Rosina “Una voce poco fá”, exigencia máxima para la soprano.

La “efervescente” producción del Metropolitan de Nueva York de la comedia clásica de Rossini -con algunas de las melodías más reconocibles de todo el repertorio lírico-, llegó con una ingeniosa versión que el diario The New York Times reconoció a su director artístico Bartlett Sher como uno de los directores norteamericanos más originales y emocionantes de la actualidad.

La hermosa mezzosoprano neoyorquina de 32 años, Isabel Le onard, interpretó con gracia y técnica inigualables, el rol de Rosina, mientras que el tenor afroamericano Lawrence Brownlee encarnó al Conde Almaviva, su astuto pretendiente, un conde que se hace pasar por un pobre estudiante para asegurarse que no lo querrá solamente por su riqueza.

Lo principal: el barítono inglés Christopher Maltman como el encantador barbero de Sevilla, que además de la destacada aria de presentación “Largo al Factotum” del primer acto, se luce plenamente junto a la exquisita Rosina, en el muy exigente duo “Dunque io son”.

Esta gran ópera destaca por sus numerosos pasajes que exigen un gran dominio de la “coloratura” (fraseo con ornamentación), llevándose las palmas en la muy difícil aria casi al final de la o bra “Cesa de piu resistere”, en que el Conde de Almaviva (un brillante Lawrence Brownlee en este caso) se esfuerza al máximo por varios minutos y,termina ovacionado por el público.

Citaremos, por último, los otros trozos más bellos y lucidos de esta versión: “Ecco ridente in cielo” (Conde Almaviva); “La calunnia e un venticello” (Don Basilio); “A un dottor de la mía sorte” (Don Bartolo); “Don Basilio, buona sera” (el quinteto principal)” y “Il vecchiotto cerca moglie” (Berta).

Reseña de “El Barbero de Sevilla”

Compositor: Gioacchino Rossini.
Director de escena: Bartlett Sher .
Director orquestal: Michele Mariotti
Reparto: Isabel Leonar d (Rosina), Lawrence Brownlee (Conde de Almaviva), Christopher Maltman (Fígaro), Maurizio Muraro (Don Bartolo), Paata Burchuladze (Don Basilio). Claudia Waite (Berta), Dennis Petersen (un oficial) y Rob Besserer (Ambrogio).
Duración: 205 minutos.
Idioma: Italiano.
Transmisión en directo, con subtítulos en español, desde el Metropolitan Ópera House de Nueva Yorl al Teatro Nescafé de las Artes.

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Obra maestra de Gioacchino Rossini y joya máxima del repertorio de la ópera bufa, “El Barbero de Sevilla” se ofreció este fin de semana en el Teatro Nescafé de las Artes, con una celebrada producción vía satélite, en directo desde el Metropolitan Ópera House de Nueva York, con un celebrado elenco de cantantes, dotados de voces realmente impresionantes.

Con un marco visual que conjuga refinada hermosura e incesante creatividad, volvió a presentarse en la capital chilena, esta composición lírica, definida como “una comedia belcantista”, donde las situaciones más hilarantes marchan, permanentemente, de la mano de una música cuya chispeante belleza ha contagiado y atrapado al público desde el primer compás ya por, casi, dos siglos.

En una partitura que fue compuesta en el increíble período de sólo trece días, “El Barbero de Sevilla” de Rossini exhibe una verdadera explosión melódica, que va asignando, número tras número, trozo tras trozo, lucimientos extremos a todos sus personajes, tanto en forma unitaria como en dúos, tríos y conjuntos mayores que llegan a su máxima expresión en el gran concertado final del acto primero.

Imposible no destacar entre los números solistas aquel célebre “Largo al factotum” (“Fígaro qua, Fígaro là”), con que el simpático y astuto barbero se presenta a la audiencia, aunque eso no lo es todo, ya que debemos considerar otras arias famosas, como la sin par cavatina (interpretación) de Rosina “Una voce poco fá”, exigencia máxima para la soprano.

La “efervescente” producción del Metropolitan de Nueva York de la comedia clásica de Rossini -con algunas de las melodías más reconocibles de todo el repertorio lírico-, llegó con una ingeniosa versión que el diario The New York Times reconoció a su director artístico Bartlett Sher como uno de los directores norteamericanos más originales y emocionantes de la actualidad.

La hermosa mezzosoprano neoyorquina de 32 años, Isabel Le onard, interpretó con gracia y técnica inigualables, el rol de Rosina, mientras que el tenor afroamericano Lawrence Brownlee encarnó al Conde Almaviva, su astuto pretendiente, un conde que se hace pasar por un pobre estudiante para asegurarse que no lo querrá solamente por su riqueza.

Lo principal: el barítono inglés Christopher Maltman como el encantador barbero de Sevilla, que además de la destacada aria de presentación “Largo al Factotum” del primer acto, se luce plenamente junto a la exquisita Rosina, en el muy exigente duo “Dunque io son”.

Esta gran ópera destaca por sus numerosos pasajes que exigen un gran dominio de la “coloratura” (fraseo con ornamentación), llevándose las palmas en la muy difícil aria casi al final de la o bra “Cesa de piu resistere”, en que el Conde de Almaviva (un brillante Lawrence Brownlee en este caso) se esfuerza al máximo por varios minutos y,termina ovacionado por el público.

Citaremos, por último, los otros trozos más bellos y lucidos de esta versión: “Ecco ridente in cielo” (Conde Almaviva); “La calunnia e un venticello” (Don Basilio); “A un dottor de la mía sorte” (Don Bartolo); “Don Basilio, buona sera” (el quinteto principal)” y “Il vecchiotto cerca moglie” (Berta).

Reseña de “El Barbero de Sevilla”

Compositor: Gioacchino Rossini.
Director de escena: Bartlett Sher .
Director orquestal: Michele Mariotti
Reparto: Isabel Leonar d (Rosina), Lawrence Brownlee (Conde de Almaviva), Christopher Maltman (Fígaro), Maurizio Muraro (Don Bartolo), Paata Burchuladze (Don Basilio). Claudia Waite (Berta), Dennis Petersen (un oficial) y Rob Besserer (Ambrogio).
Duración: 205 minutos.
Idioma: Italiano.
Transmisión en directo, con subtítulos en español, desde el Metropolitan Ópera House de Nueva Yorl al Teatro Nescafé de las Artes.