La búsqueda del general prisionero de las FARC prosigue este miércoles en Colombia, con la esperanza de una pronta liberación que permita relanzar el proceso de paz con la guerrilla, en suspenso al cumplirse este miércoles dos años de su apertura.

Unos 1.500 efectivos, además de helicópteros, aviones, lanchas y otros vehículos, fueron desplegados en una vasta y remota área del departamento del Chocó, donde el brigadier general Ruben Alzate y otras dos personas fueron capturadas el domingo por guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, quien canceló una reunión con el secretario general de la ONU en Nueva York para seguir al frente de la misión de rescate, analizaba este miércoles las operaciones, que continuaban a pesar de las fuertes lluvias en esa selvática zona del país, donde los ríos son las únicas vías de acceso.

“Las operaciones en el Chocó continuarán hasta cuando sea necesario”, dijo Pinzón tras un recorrido aéreo el martes, al regresar a la Brigada XV de Quibdó, capital del Chocó, a unos 630 km al noroeste de Bogotá, puesto de mando de la Fuerza de Tareas Conjuntas Titán.

Alzate, el oficial de más alto rango capturado por las FARC en 50 años de conflicto armado, encabeza esta unidad integrada por 2.500 militares, una de las nueve en todo el país creadas para combatir la guerrilla, el narcotráfico y la minería ilegal.

Además del fuerte operativo militar en el Chocó, una empobrecida región sobre el Pacífico colombiano donde actúan varios grupos ilegales, fue convocado el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para una eventual mediación.

En Quibdó, tres sillas vacías fueron simbólicamente instaladas, a iniciativa del gobierno local y de la Iglesia católica, en homenaje a las tres personas secuestradas.

El secuestro de Alzate en el caserío Las Mercedes, mientras realizaba un desplazamiento de civil y sin escoltas junto a un suboficial y una abogada para supervisar un proyecto enérgético, motivó la suspensión de las negociaciones de paz con las FARC, instaladas el 19 de noviembre de 2012 en La Habana sin un alto al fuego en Colombia.

La toma de este experimentado y condecorado militar con 31 años en el Ejército fue la gota que derramó el vaso para el presidente Juan Manuel Santos, días después de que las FARC ultimaran a dos indígenas en el Cauca (oeste) y tomaran rehenes a dos soldados en Arauca.

El presidente exige la liberación de todos los secuestrados para reanudar las conversaciones con la principal guerrilla del país, surgida en 1964 de una insurrección campesina y con unos 8.000 combatientes, según cifras oficiales.

Marcha por la paz en Bogotá

Los altos líderes de las FARC, que reconocieron el martes desde Cuba la captura de Alzate y sus acompañantes por parte del Frente 34 del Bloque Iván Ríos, se mostraron dispuestos a encontrar una “pronta” y “sensata solución” al problema que permita reiniciar los diálogos, los que más avances han logrado tras tres intentos fallidos de paz en tres décadas.

Alias Iván Márquez, número dos de las FARC y jefe de la delegación de paz, hacía este miércoles un balance de las pláticas, y según los medios colombianos, se esperaba un pronunciamiento sobre la situación del general Alzate.

“Avanzan las gestiones para lograr liberación de general”, anunció en primera página el diario El Tiempo.

En Bogotá, varios colectivos y partidos convocaron este miércoles a una manifestación en apoyo al proceso de paz y en favor un alto el fuego bilateral, al cual se opone firmemente el presidente Santos, antes de la firma de un acuerdo definitivo.

“Es una crisis profunda pero no intrínseca al proceso de paz. Me parece fácilmente superable en algunos días”, dijo Ariel Ávila, investigador de la Corporación Nuevo Arco Iris, especializada en el conflicto.

El actual proceso, impulsado por Santos desde su primer gobierno (2010-2014), ya logró consensos parciales en tres de los seis temas en agenda: reforma rural (mayo 2013), participación política de la guerrilla (noviembre 2013) y solución al problema de las drogas ilícitas (mayo 2014).

Restan empero los asuntos más complejos, como la reparación de las víctimas -en discusión actualmente- y el abandono de las armas. Además, deberá elegirse un mecanismo de implementación, verificación y refrendación de los acuerdos.