Jardín de Pablo Simonetti: Un jardín de culpas

Detalle de la portada
Detalle de la portada
visitas

En jardín, la figura de la madre del escritor Pablo Simonetti trasunta todo el libro. Su presencia es fundamental para construir la historia de esta madre de familia que es obligada por las circunstancias y la propia vejez a abandonar la casa donde fundó su núcleo familiar y por ende, su jardín, sus plantas, lo que la hacía sentir viva cuando ya sus hijos dejaron el hogar materno.

Un jardín que es el escenario en el cual se desatan las pugnas entre hermanos, tan propias de todas las familias, no importando su condición social.

Una madre que se resigna a perder lo que construyó con su marido y que se arroja a los deseos del hijo mayor que con un sentido práctico, pero a la vez cruel, dispone de los últimos años de su progenitora, moviéndola como si fuera una pieza en una partida de ajedrez.

El texto da cuenta de la fuerza que han perdido los barrios tradicionales, ante la arremetida de las inmobiliarias. En ese sentido, Simonetti da una clase magistral de cómo uno de los personajes; uno de los hijos que no viven de recuerdos, deben echar mano al patrimonio familiar para paliar sus necesidades actuales. A ello se contrapone la sensibilidad de algunos a los que sí les hace eco el peso que toma para los mayores, el desarraigo del lugar donde fueron tan felices.

Como dijera el yerno de Luisa Barbaglia que enfermó cuando fue sacada de su casa: ella se iba a enfermar quedándose o no en su casa con su jardín. Quizás él nos plantea que las flores y las plantas daban lo mismo, porque la soledad en la que se hallaba doña Luisa no la completaba eso, sino esa familia que le perteneció sólo unos años y por la que tanto dio.

“Una vida bien enraizada da lugar a recuerdos que iluminan la memoria. En cambio el desarraigo forzoso puede volverla cavernosa, grávida”, relata el autor.

Por eso, al final, me atrevo a hablar de un jardín de culpas. Culpas para Franco que las disimula muy bien tomando el papel de rector del asunto de la venta y de la compra del departamento, de Ximena que como la hija sólo ve y descansa en la decisión de su hermano mayor y de Juan, que siendo el más sensible no dio el 100 cuando hubo que defender la presencia de la madre en la casa familiar de Las Salvias. Porque si de hacer sacrificios se trataba para que “la mamá” estuviese bien”, al menos Juan y su pareja podrían haberse ido a vivir allá. Para mantener vivo ese jardín que tanto costó y que terminó siendo desperdigado y regalado, como la vida de doña Luisa que se apagó tal cual sus plantas.

Ficha Técnica
Título: jardín
Autor: Pablo Simonetti
Editorial: Alfaguara
Formato: 15 x 24 cm
Páginas: 116
PVP: $10.000

    visitas

En jardín, la figura de la madre del escritor Pablo Simonetti trasunta todo el libro. Su presencia es fundamental para construir la historia de esta madre de familia que es obligada por las circunstancias y la propia vejez a abandonar la casa donde fundó su núcleo familiar y por ende, su jardín, sus plantas, lo que la hacía sentir viva cuando ya sus hijos dejaron el hogar materno.

Un jardín que es el escenario en el cual se desatan las pugnas entre hermanos, tan propias de todas las familias, no importando su condición social.

Una madre que se resigna a perder lo que construyó con su marido y que se arroja a los deseos del hijo mayor que con un sentido práctico, pero a la vez cruel, dispone de los últimos años de su progenitora, moviéndola como si fuera una pieza en una partida de ajedrez.

El texto da cuenta de la fuerza que han perdido los barrios tradicionales, ante la arremetida de las inmobiliarias. En ese sentido, Simonetti da una clase magistral de cómo uno de los personajes; uno de los hijos que no viven de recuerdos, deben echar mano al patrimonio familiar para paliar sus necesidades actuales. A ello se contrapone la sensibilidad de algunos a los que sí les hace eco el peso que toma para los mayores, el desarraigo del lugar donde fueron tan felices.

Como dijera el yerno de Luisa Barbaglia que enfermó cuando fue sacada de su casa: ella se iba a enfermar quedándose o no en su casa con su jardín. Quizás él nos plantea que las flores y las plantas daban lo mismo, porque la soledad en la que se hallaba doña Luisa no la completaba eso, sino esa familia que le perteneció sólo unos años y por la que tanto dio.

“Una vida bien enraizada da lugar a recuerdos que iluminan la memoria. En cambio el desarraigo forzoso puede volverla cavernosa, grávida”, relata el autor.

Por eso, al final, me atrevo a hablar de un jardín de culpas. Culpas para Franco que las disimula muy bien tomando el papel de rector del asunto de la venta y de la compra del departamento, de Ximena que como la hija sólo ve y descansa en la decisión de su hermano mayor y de Juan, que siendo el más sensible no dio el 100 cuando hubo que defender la presencia de la madre en la casa familiar de Las Salvias. Porque si de hacer sacrificios se trataba para que “la mamá” estuviese bien”, al menos Juan y su pareja podrían haberse ido a vivir allá. Para mantener vivo ese jardín que tanto costó y que terminó siendo desperdigado y regalado, como la vida de doña Luisa que se apagó tal cual sus plantas.

Ficha Técnica
Título: jardín
Autor: Pablo Simonetti
Editorial: Alfaguara
Formato: 15 x 24 cm
Páginas: 116
PVP: $10.000