El presidente de Bolivia, Evo Morales, líder también del mayor sindicato de cocaleros del país, inspeccionó este sábado las tareas de erradicación de cultivos ilegales de coca en la reserva natural Carrasco, exuberante en flora y fauna.

“Es nuestra obligación defender el parque nacional Carrasco, y todos los parques de Bolivia, donde, quiero que sepan, no va a haber (autorización para el) cultivo de coca”, dijo el mandatario en Chimoré, centro del país, en rueda de prensa.

Morales alertó contra los pobladores de Yungas de Vandiola, aledaño a la reserva, que “pretenden que este cocal, en el parque (Carrasco), sea reconocido (como legal) por el gobierno, y no vamos a reconocer”.

A pesar de que pobladores de esa región realizan mitines diarios y hasta abrieron un piquete de huelga para legalizar los cocales, la fuerza antidroga eliminó desde el viernes alrededor de 20 de las 40 hectáreas plantadas en esa región.

Desde ese lugar, a dos días de caminata de la carretera, “la coca no sale coca, sale cocaína”, protestó Morales.

El mandatario manifestó que se trata de “asentamientos ilegales, un avasallamiento al parque nacional Carrasco”.

En septiembre pasado, las fuerzas de erradicación destruyeron en otra reserva, más de 1.000 hectáreas de siembras de coca ilegal en el TIPNIS, escenario en 2011 de luchas entre el gobierno, que quería construir una carretera y lugareños que defendían su hábitat, rico en flora y fauna. 

Bolivia, tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Perú y Colombia, según la ONU, erradicó en 2014 más de 11.100 hectáreas de coca.