La guerrilla comunista de las FARC pidió perdón este jueves a los habitantes de la comunidad de Bojayá, noroeste de Colombia, por una masacre en una iglesia que “nunca debió ocurrir” y que dejó 79 muertos en 2002.

“¡Ojalá nos perdonen!”, dijo durante un encuentro en La Habana, el comandante Pablo Catatumbo saliéndose del texto leído en una conferencia de prensa, tras el encuentro a puertas cerradas de una decena de habitantes de Bojayá con la delegación de paz de la guerrilla, en el hotel Palco, oeste de La Habana.

“Reiteramos nuestro profundo pesar por lo sucedido. Ese hecho nunca debió ocurrir”, añadió Catatumbo ante delegados de la ONU, los países garantes (Cuba y Noruega) y los acompañantes (Venezuela y Chile).

También estuvo presente el embajador de Colombia, Gustavo Bell, en ausencia de los negociadores del gobierno, que el miércoles regresaron a Bogotá al terminar el 31 ciclo de conversaciones de paz con la guerrilla.

El 2 de mayo de 2002, en medio de un combate entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y paramilitares colombianos en Bojayá, la guerrilla disparó un proyectil artesanal que por error cayó en la iglesia, donde se habían refugiado los pobladores.

De los 79 civiles muertos, 48 eran menores de edad, según la decena de pobladores de esa comunidad.

“En nuestra memoria está grabado de forma imborrable el dolor que produjo esa masacre”, dijo Leyner Palacios, a nombre de la comunidad.

Pero “el perdón solo lo puede otorgar cada víctima, cada sobreviviente, por eso nosotros llevaremos a nuestras comunidades esta declaración de petición de perdón que hoy ha hecho las FARC”, agregó.

Los habitantes de Bojayá culpan a la guerrilla, a los paramilitares y al gobierno de la masacre, pues éste último no atendió el alerta dado por los habitantes antes del combate.

“Las FARC deben mostrar actos concretos que manifiesten su contrición, de tal manera que la sinceridad manifiesta se traduzca en acciones concretas”, dijo Palacios.

Citó un “compromiso de no realizar más agresiones a la población civil”, respecto a la autonomía de esa comunidad de afrodescendientes y declarar a Bojayá y a toda la costa del Pacífico colombiano, zona de paz.

Al respecto, la FARC está considerando “unas respuestas lo más integrales posibles ante nuestra deuda con la comunidad de Bojayá”, dijo Catatumbo.

La guerrilla accedió a la petición de la comunidad de realizar otro acto de reconciliación en el teatro de los hechos, a mediados de 2015, para lo cual reclamaron la ayuda de los países garantes, acompañantes y la ONU.