El gobierno de Estados Unidos dio un paso histórico al anunciar la normalización gradual de las relaciones con Cuba, dejando atrás más de medio siglo de enfrentamientos y sanciones iniciadas durante la oposición al comunismo en 1960.

El presidente Barack Obama fue el encargado de dar la noticia al mundo entero, durante una conferencia de prensa realizada la tarde de este miércoles en la Casa Blanca, paralela al anuncio hecho en por Raúl Castro en Cuba.

Obama afirmó que están cambiando sus relaciones con el pueblo cubano, uno de los cambios más significativos en sus políticas durante los últimos cincuenta años, debido a que el aislamiento que realizaron a esta nación durante estas cinco décadas, no funcionó, y por lo tanto, se necesita trabajar en un nuevo enfoque.

Asimismo, recalcó la importancia que ha tenido el pueblo cubano para Estados Unidos, y cómo éstos, en su calidad de inmigrantes y exiliados, han refundado gran parte de la cultura norteamericana, ya sean en la política, los negocios e incluso en los deportes.

Es por esto que el presidente de EEUU anunció que es hora de un acercamiento entre ambas naciones, un acercamiento que en primera instancia apunta a lograr puntos específicos, entre los que se encuentra el restablecimiento de la embajada estadounidense en La Habana durante los próximos meses, el incremento de las telecomunicaciones entre ambos países y la apertura de fronteras para ciertos tipos de viajes desde Estados Unidos

Sobre esto último existen doce divisiones para clasificar las travesías permitidas: visitas familiares, viajes gubernamentales oficiales, viajes periodísticos, investigaciones profesionales, actividades educativas, actividades religiosas, ayuda al pueblo cubano, proyectos humanitarios, actividades de fundaciones privadas e instituciones educacionales, exportaciones bajo regulaciones determinadas y competiciones atléticas.

A esto se suma la autorización para que los viajeros puedan realizar pequeñas importaciones desde Cuba a Estados Unidos, no superiores a 400 dólares.

Esto marca un paso enorme en la historia de ambos países, y un acercamiento que se ve canalizado con la liberación de prisioneros por parte de ambas partes.

Estados Unidos se comprometió a continuar revisando las políticas que influyen en este bloqueo económico impuesto hace más de cinco décadas, y afirmó que se realizará un debate intenso para analizar el levantamiento del embargo, pero también llamó a desatar el potencial de 11 millones de cubanos, mediante el fin de las restricciones políticas internas, para así lograr una nación más próspera.

“Todos somos americanos… Cambiar es difícil, en nuestras propias vidas y en las de unas naciones, y cambiar es aún más difícil cuando se carga el peso de la historia en los hombros, pero hoy estamos haciendo estos cambios porque son lo correcto”, sentenció Obama.