Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) trataron de nuevo este sábado de aislar la ciudad siria de Kobane, donde los milicianos kurdos recibieron la víspera el refuerzo de 150 peshmergas iraquíes.

Los yihadistas, que según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) sufrieron al menos 100 bajas en los últimos tres días, trataron de hacerse con los barrios del norte de la ciudad, con el objetivo de rodearla y cortar su acceso a la vecina Turquía, situada a menos de un kilómetro.

Los combates duraron hasta el amanecer de este sábado en esta ciudad, la tercera mayor localidad kurda de Siria.

A los combatientes kurdos sirios, que defienden ferozmente Kobane desde el 16 de septiembre, se unieron finalmente el viernes unos 150 peshmergas, llegados del Kurdistán iraquí a través de Turquía, si bien todavía no han participado en los combates, según el OSDH.

“Estábamos preparados para combatir inmediatamente, pero el YPG (las milicias kurdas sirias), nos pidieron que preparáramos ciertos asuntos antes”, declaró un oficial peshmerga a la agencia de prensa kurda Rudaw.

Mientras los kurdos siguen defendiendo Kobane, convertida en símbolo de la resistencia, los yihadistas del Frente Al Nosra expulsaron a los rebeldes moderados del Frente Revolucionario Sirio (FRS) de su bastión del noroeste del país al cabo de 24 horas de combates, afirmó este sábado una ONG.

Según el OSDH, además, algunos yihadistas de la organización Estado Islámico (EI) ayudaron al Frente al Nosra, pese a que en otras regiones los dos grupos rebeldes se enfrentan entre sí.

Además, los combatientes del brazo sirio de Al Qaida se apoderaron de armas y de tanques del FSR, precisó el OSDH, que tiene una vasta red de observadores en todo el país.

Esta derrota asesta un duro golpe a los esfuerzos de Estados Unidos por crear y entrenar una fuerza moderada entre los rebeldes que luchan contra el régimen del presidente sirio Bashar al Asad.

Más allá de la campaña contra el EI en Siria, Irak sigue siendo la “prioridad” de Estados Unidos, que lleva a cabo incursiones aéreas en este país desde el 8 de agosto y ha llevado cientos de consejeros militares para respaldar a las fuerzas gubernamentales.

Estas recuperaron el viernes dos barrios de la ciudad de Baiji, controlada por el EI desde su ofensiva fulgurante en Irak en junio.

Recuperar totalmente esta localidad, situada al norte de Bagdad, permitiría garantizar la seguridad de la principal refinería iraquí, situada muy cerca de donde las fuerzas de seguridad resisten desde hace meses al empuje de los radicales sunitas.

Acusado de limpieza étnica y de crímenes contra la humanidad por la ONU, el grupo Estado Islámico aprovechó la guerra civil en Siria y la insestabilidad de Irak para hacerse con vastos territorios de ambos países, sembrando el terror a su paso.

Según un informe de Naciones Unidas citado por The Guardian, unos 15.000 yihadistas extranjeros provenientes de 80 países combaten en las filas del EI, una cifra “sin precedentes”.

Para mostrar su apoyo a los combatientes de Kobane, el principal partido kurdo de Turquía llamó a manifestarse el sábado en todo el país, así como en numerosas ciudades de Europa, como París y Londres.

El PKK reprocha a Ankara que no intervenga en Siria. Pero el presidente Recep Tayyip Erdogan se niega, por miedo a acabar reforzando a los kurdos de Turquía, con los que desde hace dos años lleva adelante un proceso de paz no exento de recelos y escollos.

Erdogan criticó de nuevo el viernes la estrategia de la coalición liderada por Estados Unidos.

“¿Por qué la coalición solo bombardea Kobane? ¿Por qué no otras ciudades como Idleb (noroeste de Siria? ¿Por qué solo se habla de Kobane, donde ya no queda nadie aparte de 2.000 combatientes?”, se preguntaba el dirigente turco.