Gore: El controversial género que sigue sumando seguidores

La Masacre de Texas | Bryanston Pictures
La Masacre de Texas | Bryanston Pictures
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¿Potenciales psicópatas? ¿Asesinos? Existen muchos prejuicios hacia los seguidores del género gore, como si el solo hecho de preferir una película o serie de este tipo, los fuera a convertir inmediatamente en zombies. Sí, resulta una exageración, pero también hay ciertos mitos que se deben derribar para aproximarnos al motivo de este particular gusto.

Las producciones gore no son sólo terroríficas; en ellas además se explota la violencia y la mutilación del cuerpo de la manera más explícita para captar la vulnerabilidad, fragilidad, y la debilidad de los seres humanos, a través de la exposición de mucha sangre, sesos, vísceras, intestinos, y sangre, y más sangre. El género estuvo censurado por casi cincuenta años debido a la “obscenidad” que “promovían” estos trabajos.

La oferta para los amantes gore es cada vez mayor, y si bien la censura sigue estando presente para algunas producciones, no es impedimento para que éste siga expandiéndose por el mundo. Desde filmes como Blood Feast, Night of the living dead, Holocausto Caníbal, The Burning Moon, Re-Animator, a Hostel, Saw, Martyrs, The human centipede, À l’intérieur, y las series The Walking Dead, The Strain, entre muchas otras, componen una larga lista de escalofriantes y repulsivas escenas.

Pero ¿qué podrían tener estas producciones que suman tantos fanáticos? Según un estudio realizado por los investigadores Anne Bartsch (Universidad de Augsburg) y Louise Mares (Universidad de Wisconsin), con este tipo de filmes los consumidores esperan una explicación a aspectos de la condición humana.

En la investigación fueron reclutados 482 personas entre 18 y 82 años, a quienes se les expuso trailers con diferentes niveles de gore. Posteriormente los participantes calificaron su probabilidad de ver la producción completa, además de sus impresiones sobre lo que vieron.

Los resultados indicaron que esos placeres hedonistas son sólo parte del por qué estamos dispuestos a exponernos a las escenas de agresiones y derramamiento de sangre.

“Algunas representaciones de violencia se perciben como algo significativo, emocionante y estimulante que puede fomentar la empatía con las víctimas, la admiración por los actos de valor y la belleza moral de cara a la violencia, o la auto-reflexión con respecto a los impulsos violentos”, dijo Bartsch.

Según el periodista de espectáculos, Vlado Rosas, tiene que ver con el gusto por lo estético que tienen los fanáticos del cine en general. Cuando recién surgió este subgénero del terror, llegó a romper las barreras de la censura, vinculadas básicamente a la violencia.

Rosas explicó a BioBioChile, que en esa época una barrera de tabúes se cayó, llegando el momento en que este tipo de productos se comienzan a apreciar más, pese a que aún no logra una apertura completa, pues incluso para los fanáticos puede resultar excesivo.

Para el experto, la inclinación hacia este género, está relacionado a la representación y el reflejo que puede sentir el espectador de ver algo que está prohibido, y eso siempre va a tentar a las personas; la cuota de morbo para mostrar las cosas que ocurren en la “vida real”, pero que nadie quiere darlas a conocer como verdaderas.

No existe un patrón que agrupe a este tipo de personas consumidoras de gore, asegura Rosas, quien además descartó que se trate de sujetos “enfermos” solo por tener un gusto hacia un entretenimiento más retorcido. Es más, para el profesional los seguidores del género tienen un humor negro mejor desarrollado así como el sentido del gusto y de la estética.

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¿Potenciales psicópatas? ¿Asesinos? Existen muchos prejuicios hacia los seguidores del género gore, como si el solo hecho de preferir una película o serie de este tipo, los fuera a convertir inmediatamente en zombies. Sí, resulta una exageración, pero también hay ciertos mitos que se deben derribar para aproximarnos al motivo de este particular gusto.

Las producciones gore no son sólo terroríficas; en ellas además se explota la violencia y la mutilación del cuerpo de la manera más explícita para captar la vulnerabilidad, fragilidad, y la debilidad de los seres humanos, a través de la exposición de mucha sangre, sesos, vísceras, intestinos, y sangre, y más sangre. El género estuvo censurado por casi cincuenta años debido a la “obscenidad” que “promovían” estos trabajos.

La oferta para los amantes gore es cada vez mayor, y si bien la censura sigue estando presente para algunas producciones, no es impedimento para que éste siga expandiéndose por el mundo. Desde filmes como Blood Feast, Night of the living dead, Holocausto Caníbal, The Burning Moon, Re-Animator, a Hostel, Saw, Martyrs, The human centipede, À l’intérieur, y las series The Walking Dead, The Strain, entre muchas otras, componen una larga lista de escalofriantes y repulsivas escenas.

Pero ¿qué podrían tener estas producciones que suman tantos fanáticos? Según un estudio realizado por los investigadores Anne Bartsch (Universidad de Augsburg) y Louise Mares (Universidad de Wisconsin), con este tipo de filmes los consumidores esperan una explicación a aspectos de la condición humana.

En la investigación fueron reclutados 482 personas entre 18 y 82 años, a quienes se les expuso trailers con diferentes niveles de gore. Posteriormente los participantes calificaron su probabilidad de ver la producción completa, además de sus impresiones sobre lo que vieron.

Los resultados indicaron que esos placeres hedonistas son sólo parte del por qué estamos dispuestos a exponernos a las escenas de agresiones y derramamiento de sangre.

“Algunas representaciones de violencia se perciben como algo significativo, emocionante y estimulante que puede fomentar la empatía con las víctimas, la admiración por los actos de valor y la belleza moral de cara a la violencia, o la auto-reflexión con respecto a los impulsos violentos”, dijo Bartsch.

Según el periodista de espectáculos, Vlado Rosas, tiene que ver con el gusto por lo estético que tienen los fanáticos del cine en general. Cuando recién surgió este subgénero del terror, llegó a romper las barreras de la censura, vinculadas básicamente a la violencia.

Rosas explicó a BioBioChile, que en esa época una barrera de tabúes se cayó, llegando el momento en que este tipo de productos se comienzan a apreciar más, pese a que aún no logra una apertura completa, pues incluso para los fanáticos puede resultar excesivo.

Para el experto, la inclinación hacia este género, está relacionado a la representación y el reflejo que puede sentir el espectador de ver algo que está prohibido, y eso siempre va a tentar a las personas; la cuota de morbo para mostrar las cosas que ocurren en la “vida real”, pero que nadie quiere darlas a conocer como verdaderas.

No existe un patrón que agrupe a este tipo de personas consumidoras de gore, asegura Rosas, quien además descartó que se trate de sujetos “enfermos” solo por tener un gusto hacia un entretenimiento más retorcido. Es más, para el profesional los seguidores del género tienen un humor negro mejor desarrollado así como el sentido del gusto y de la estética.