Iniciativa permite hacer un seguimiento a los pequeños, que se mantienen bajo monitoreo de diversos especialistas hasta los 7 años.

Los trillizos de Valeska Bonilla nacieron el 2012 cuando sólo presentaba 27 semanas de gestación, debido a complicaciones que la aquejaron en el embarazo. El principal problema fue el bajo peso que tenían los bebés, dos niños de 916 gramos y 906 gramos respectivamente y una pequeña de sólo 706 gramos.

“Fue muy difícil en principio, porque eran tres y tuvieron que estar harto tiempo hospitalizados, casi 3 meses”, sostiene. Hoy tienen 2 años y 7 meses y se encuentran en perfectas condiciones de salud, pues durante este periodo han recibido el apoyo el Programa de Seguimiento de Prematuros, desarrollado en el Hospital de La Serena, que cuenta con una estrategia de trabajo integral y un equipo multidisciplinario de profesionales, quienes se preocupan no solo de las condiciones de salud del menor, sino además de la educación de sus padres en torno al cuidado del niño.

Sylvia Serrano, pediatra a cargo del policlínico de seguimiento, señala que a la fecha ya son 400 los pacientes que deben atender provenientes de todas las comunas de la región. “Tenemos niños con un peso de 530 gramos, que es el más extremo, hasta niños de 1.500 gramos y los recibimos por 7 años en el policlínico”, detalla.

Precisamente ayer efectuaron el XIV Encuentro Regional de Prematuros, que contó con la presencia de un centenar de estos pequeños y que se convirtió en la oportunidad de celebrar el alta de 31 de estos niños que han terminado su tratamiento.

“Este es un programa que nace a través de un programa del ministerio de Salud en que se organiza a todos los niños de extremo peso. Deben ser de menos de 1.500 gramos y menor de 32 semanas de gestación, pacientes a los que se denomina prematuros extremos”, dice Serrano.

La profesional cuenta que una vez que el bebe sale de la unidad de recién nacidos es evaluado por especialistas como otorrinos, oftalmólogos, neurólogos. “Están además a cargo, tanto de niños como la madre el equipo de Chile Crece Contigo, donde contamos con una fonoaudióloga, con un kinesiólogo y una psicóloga que trabaja con los padres”, añade.

Una vez que el niño pasa su periodo crítico, que habitualmente para llegar al peso son 2 meses, pasa al policlínico donde es monitoreado hasta los 7 años de edad.

“En ese seguimiento tenemos toda una estructura para irlos permanentemente controlando y buscando algún déficit que pudieran tener. Tenemos todo un grupo de profesionales que están trabajando para llevar a estos niños a buen término. En realidad estamos muy orgullosos porque tenemos un alto índice de recuperación en los niños”, enfatiza la pediatra.

Otro caso exitoso es el de Naishka Barraza, quien tenía 15 años cuando tuvo a su hijo. “Nació de 24 semanas y 788 gramos. Al principio estuvo súper mal, porque era prematuro extremo. Con el tiempo lo fueron operando de los ojos sino no iba a poder ver, le salió un soplo al corazón, es muy complicado en principio”, sostiene.

Con el apoyo de este programa, dice “como a los 2 o 3 años aprendió a hablar y a caminar, también lo mandaron a la Teletón, pero ahora físicamente no tiene nada y el un niño perfectamente normal”, agrega.