No son pocas las personas que actualmente trabajan en solucionar aquel problema de nuestros celulares que recurrentemente nos trae dolores de cabeza: su rápida descarga.

Una de ellas es Naomi Kizhner, estudiante israelí que diseñó una joya que se incrusta en el cuerpo, más específicamente en las venas, para poder generar energía con la sangre y así, hipotéticamente, poder cargar artefactos como un smartphone.

Según el portal The Higher Learning, Kizhner comentó que su intención era provocar incomodidad en la gente al analizar la idea de colocarse una joya que produjera energía.

“Quería provocar el pensamiento de cuán lejos vamos a llegar con el fin de alimentar nuestra adicción en un mundo donde disminuyen los recursos”, aseveró.

“Hay un montón de recursos para energía renovable, pero el cuerpo humano es un recurso natural que se renueva constantemente… ¿Estaremos dispuestos a sacrificar nuestros cuerpos con el fin de producir más energías? Mi intención era generar esa discusión”, agregó.