Bolivia refinó lingotes de plata por primera vez este viernes, un mes después de haber puesto en marcha la planta fundidora de plomo, plata y zinc, que fue construida hace 30 años y que recién comenzó a operar por falta de insumos y problemas técnicos.

Los lingotes de plata de calidad industrial son de 99,95% de pureza, según Alan Pinto, gerente de la empresa fundidora de Karachipampa, en Potosí, suroeste boliviano.

El ministro de Minería, César Navarro, consideró que con la refinación de plata “cambiará la historia de Bolivia, porque la gran tragedia nuestra fue producir, concentrar y exportar, es decir, exportábamos material bruto y nos quedábamos con la pobreza”.

El complejo industrial había comenzado a funcionar en septiembre, luego de tres décadas de parálisis, con la producción de lingotes de plomo de 99,97% de pureza.

“Karachipampa está trabajando con el refinado, es decir, hemos acumulado durante varias semanas de trabajo en Karachipampa más de 180 toneladas de plomo y más de 60 toneladas de plata”, agregó Navarro.

El presidente boliviano Evo Morales, presente en el acto, recibió de regalo un lingote con su nombre impreso.

Potosí, donde está emplazado el complejo metalúrgico, produjo desde principios del siglo XVI miles de toneladas de plata y estaño, y tiene reservas abundantes.

La planta de Karachipampa tiene una capacidad de producción de 51.000 toneladas de plomo y plata al año, pero en los próximos seis meses sólo alcanzará al 80% de esa meta.