Los mandatarios y ministros de Salud de 12 países de América Latina y el Caribe comenzaron a debatir este lunes en La Habana, en una cumbre “extraordinaria” del ALBA, una acción conjunta contra el ébola en la región, mientras el temor a la epidemia se extiende por el mundo.

“Una terrible epidemia se propaga hoy por los hermanos pueblos de África y nos amenaza a todos”, dijo el presidente cubano Raúl Castro, quien pidió evitar la “politización” del ébola, al inaugurar este cónclave de un día.

“Si esta amenaza no se frena en África Occidental (…), puede convertirse en una de las pandemias más graves de la historia de la humanidad”, agregó el gobernante cubano, quien destacó que “por las venas de nuestra América corre sangre africana”.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, declaró que “es la salud la que nos convoca hoy aquí, frente a la epidemia del ébola que afecta a hermanos en África particularmente, y que se ha trasladado a países desarrollados”.

“Venimos (…) para de conjunto hacer una profunda evaluación y (buscar) cómo defender la vida, cómo se ha de salvar la humanidad”, indicó por su parte el presidente de Bolivia, Evo Morales.

El mandatario ecuatoriano Rafael Correa se excusó de participar, pues emprenderá una gira a Catar, pero envió a su ministra de Salud, Carina Vance.

El cónclave de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que agrupa a países con gobiernos de izquierda, se desarrolla en una isla que se ha puesto a la vanguardia de la cruzada contra el ébola, con el envío de 165 médicos y enfermeros a naciones afectadas de África, el 1 de octubre, y que mandará a otros 300 en los próximos días.

A esta conferencia regional contra el ébola, que ha matado a más de 4.500 personas en el mundo, asisten además la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, y David Nabarro, enviado especial del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

“Estamos aquí para conversar con los jefes de Estado y también (…) para compartir la cooperación técnica de la OPS y asegurar que los países estén preparados ante algún caso de ébola”, señaló Etienne.

En la cumbre participan los nueve países del ALBA -Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Antigua y Barbuda, Dominica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas-, además de Haití, Granada y San Cristóbal y Nevis.

Estas tres naciones vienen participando en iniciativas de este bloque creado hace una década bajo el impulso del entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, fallecido en 2013, aunque formalmente no son parte de él.

La cumbre busca “dejar un nivel de coordinación perfecto entre nuestros ministerios de salud, nuestras autoridades y científicos en la materia, para que nuestros países (…) avancen frente a esta amenaza”, dijo el presidente venezolano, Nicolás Maduro.

“Esta es una amenaza real (…)”, agregó Maduro, quien propuso pedir a Costa Rica, que preside este año la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que convoque a una conferencia de alto nivel sobre el ébola con participación de los 33 países de la región.

En América Latina y el Caribe no se ha detectado ningún caso de ébola.

- “Mensaje de aliento a otros pueblos” -

El cónclave del ALBA, que coincide con una reunión de ministros de Salud de la Unión Europea (UE) en Luxemburgo sobre la epidemia, tiene lugar dos días después de que el padre de la revolución cubana, Fidel Castro, ofreciera cooperación a Estados Unidos en la lucha contra el ébola, que ha enfermado a dos trabajadores sanitarios en ese país.

“Gustosamente cooperaremos con el personal norteamericano en esa tarea”, escribió Fidel Castro, de 88 años y retirado del mando desde 2006, quien afirmó que con esta cumbre “los caribeños y latinoamericanos estaremos enviando también un mensaje de aliento y de lucha a los demás pueblos del mundo”.

El aporte de Cuba contra el ébola fue reconocido el viernes por el propio secretario de Estado norteamericano, John Kerry, cuyo país vive enfrentado con la isla comunista por causas políticas desde hace medio siglo.

La cumbre del ALBA se realiza en El Laguito, un complejo de residencias de protocolo del gobierno cubano, en el este de La Habana.