Alcatraz es tal vez la prisión más famosa del mundo. Y Ai Weiwei es muy probablemente el artista chino más conocido. Ahora ambos se unieron para una exposición visceralmente poderosa en este notable, y extinto, recinto penitenciario.

Los visitantes que lleguen en barca a la prisión, situada en la bahía de San Francisco (California, oeste de Estados Unidos), podrán pasearse por una exposición compuesta por una gran variedad de piezas multimedia, algunas de ellas dedicadas a los activistas que luchan por la independencia de Tíbet.

Otras rinden homenaje a Edward Snowden, el ex analista de inteligencia que difundió documentos sobre el amplio programa de vigilancia de Estados Unidos, y Chelsea Manning, que filtró información clasificada de Washington a WikiLeaks.

La exposición “@Large: Ai Weiwei en Alcatraz”, inaugurada el pasado fin de semana y que estará abierta hasta abril del próximo año, “plantea preguntas sobre la libertad de expresión y los derechos humanos que retumbaron más allá de las paredes de este lugar en concreto”, explicó a la agencia de noticias AFP un portavoz.

“La gente viene a Alcatraz todo el rato y oye historias sobre los mafiosos, sobre las condiciones de encarcelamiento. Pero a veces no entienden el verdadero significado de por qué están visitando una antigua cárcel”, dijo de su lado Michelle Gee, portavoz del Departamento de Parques Nacionales de Estados Unidos.

“La exposición de Ai Weiwei es una visión contemporánea sobre esto y permite a la gente reflexionar sobre lo que significa tener libertad e igualdad”, agregó.

El artista chino estuvo bajo arresto domiciliario durante 81 días.

- Mensajes a los perseguidos -

La muestra está dividida en siete partes, de forma que los visitantes pueden ver zonas de la cárcel que generalmente no están abiertas al público.

“With Wind” (Con viento) pone en escena a un dragón de gigantes dimensiones y muy colorido. Este animal suele significar el poder, pero para “Ai no representa la autoridad imperial, sino la libertad personal”.

“Todo el mundo tiene este poder”, puntualiza la exposición.

“Trace” (Huellas) está dedicada a 176 personas encarceladas o exiliadas por su ideología, entre ellas Snowden y Manning y 40 ciudadanos chinos. Los retratos están hechos con piezas de Lego.

La parte “Refraction” (Refracción) es una ala gigante hecha con paneles que se usan en Tíbet para las estufas solares, mientras que “Stay Tuned” (Estar conectado) es un recorrido audiovisual por 12 celdas en el que se puede oír la voz de activistas como las rusas Pussy Riot o el cantante independentista tibetano Lolo.

En “Illumination” (Iluminación) los visitantes escuchan los cantos de tibetanos e indios nativos, en “Blossom” (Florecer) recorren una colección de cerámica y objetos de hospital, mientras que en “Yours Truly” (Sinceramente) pueden escribir mensajes a los protagonistas de “Trace”.

“Esta exposición me hace pensar en cómo una o dos personas defienden lo que creen”, dijo a la agencia de noticias , Jenny Earney, una turista australiana de visita en San Francisco.

David Connors, residente de la ciudad, afirmó que la muestra “es una auténtica experiencia al sentirse realmente en una celda y escuchar las palabras o canciones de aquellos que han sido perseguidos en el pasado”.

La exposición en Alcatraz, que acogió a presos tan famosos como Al Capone, se inauguró al tiempo que nacían las protestas en Hong Kong conocidas como “La revolución de los paraguas” contra el gobierno chino en favor de más democracia.

AFP

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