Síntoma de una industria menos creativa, de un período de transición o simple expresión de los tiempos de crisis, varias colecciones con perfume “retro” trajeron referencias al pasado en los desfiles del prêt-à-porter femenino este jueves en París.

Peter Copping, director artístico de la casa Nina Ricci, dijo haberse inspirado de “las restricciones de la posguerra” en Francia a la hora de diseñar su colección, femenina y nostálgica, presentada este jueves en las Tullerías, cerca del Louvre.

En tonos con predominancia de beige y marrones, modelos longilineos de elegancia recatada, desfilaron en esta colección primavera verano 2015 de la casa Nina Ricci.

Incluso piezas más osadas como un par de vestidos negros con encaje para la noche insisten en cierto encanto de lo “retro” y no desentonarían en un salón donde se baila el tango.

Tampoco se trata de hacer ropa de época, sino más bien de actualizar referentes conocidos con toques novedosos. “Imágenes del París destrozado por la guerra me hicieron reflexionar sobre la ingeniosidad de las parisinas, a la hora de reinventar su guardarropa y de personalizar sus vestidos”, explicó el creador.

Siluetas depuradas de minimalismo clásico, por momentos casi griego, abundaron en el desfile Lanvin, en el que también hubo algunos modelos con encaje y efectos de transparencia.

Otros desfiles de la Semana de la Moda, como el de Guy Laroche, ya habían explorado el recurso de referir a lo conocido -en su caso los 80s- en conjuntos a ratos deliberadamente aburridos o simplemente sobrios.

Ese encanto de lo pasado de moda -aunque nadie ose proclamarlo así-, también sobrevoló algunos modelos con profusión de gaza y tul de Rochas, ideados por el napolitano Alessandro Dell’Acqua.

Algunos apuestan al “retro” incluso a la hora de ser futuristas, como Carrie Nielsen, diseñadora nacida en Florida e instalada en Londres, que trajo conjuntos con estética Space Age, o Era Espacial, es decir la forma en que los 60s imaginaron el futuro lejano.

MIGUEL MEDINA / AFP

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La mujer apurada de Carven

Una mujer que arremete en la vida con los cabellos llevados hacia atrás por la velocidad, pero cuya silueta es suavizada por influencias japonesas y referencias a los años 60s: así –”chic y cool”– la imaginó Guillaume Henry para Carven, que también presentó su colección este jueves.

Lleva la cartera bajo el brazo, un poco como un casco, y puede abrir el cierre de su campera en un instante. Hay bandas horizontales y verticales que estructuran los conjuntos.

Las mallas y bermudas de ciclista forman parte del guardarropa, al igual que vestidos y chaquetas pegadas al cuerpo, por encima de la rodilla. La constante irrupción de la ropa deportiva es otra de las tendencias marcadas de la temporada.

“La colección está inspirada en la idea de velocidad. Como un equipo de mujeres que corren carreras”, explicó entre bambalinas el creador de 35 años, cuya llegada en 2009 a Carven como director artístico dio un nuevo empuje a la casa parisina. “Quería una mujer que vaya directo a lo que quiere”, proclama el joven creador.

El diario francés Le Monde tituló el jueves “Una temporada de transición” a la hora de describir esta Semana de la Moda vacilante, donde no en vano el plato fuerte será la despedida del prêt-à-porter de Jean Paul Gaultier, que solo seguirá creando para la alta costura.

La inesperada salida de Gaultier trajo aires de nostalgia, aunque los voceros de la industria prefieran insistir en los vientos de renovación.

El viernes debuta en la pasarelas de París el prodigio irlandés de 30 años J.W. Anderson para la casa española de lujo Loewe, mientras que otras marcas consagradas en los 80s como Mugler o Sonia Rykiel también apuestan a la sangre nueva de diseñadores jóvenes y mostrarán el resultado en los próximos días.

MIGUEL MEDINA / AFP

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