En los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 se vivió uno de los momentos más emotivos de la historia del deporte.

Ocurrió en la disciplina de la gimnasia, más específicamente en la competencia por equipos, en el momento en que Rusia y los ‘dueños de casa’ peleaban palmo a palmo por la medalla de oro.

Las ’7 magníficas’, como se conocía a las jóvenes seleccionadas estadounidenses, estaban en ventaja y cerca de lograr el primera presea dorada para su país en esta especialidad.

Sin embargo, Dominique Moceanu, la figura de Estados Unidos, falla sus intentos en salto y toda la responsabilidad recae en Kerri Strug, una chica de 18 años con poca experiencia deportiva.

Las cosas se complicaron aún más cuando Strug cae mal en su primer intento y según revelan los periódicos de la época sufre un severo esguince, consigna el portal de la cadena mundial ESPN.

La joven se complica. Tiene el peso de realizar un salto más y terminarlo de manera que las rusas no puedan alcanzarlas: “Kerri, escúchame. Puedes hacerlo”, le explica su entrenador.

“Te necesitamos una vez más para conseguir el oro”, añade el DT, ante la mirada atónita de los asistentes en el gimnasio y la familia de la deportista.

Y ocurrió lo increíble. Una adolorida Kerri Strug tomó carrera y ejecutó un segundo intento, con la particularidad que lo finalizó cayendo prácticamente en un pie. Ovación del público y alegría en el equipo estadounidense por conseguir el primer lugar.

Pero Kerri Strug siguió sorprendiendo. Se le pidió visitar el hospital de inmediato, pero no. Ella no quiso estar ausente del podio y subió. Con lágrimas en sus ojos por el dolor fue subida en los brazos de su entrenador, en otra muestra del coraje y la fuerza de la deportista.

A continuación, te dejamos con algunos videos que rememoran la hazaña.

http://youtu.be/p2m6fEPyb4M?t=43s