Una de cada diez muertes por accidentes cardiovasculares se debe al excesivo consumo de sal, según determinó un reciente estudio publicado en New England Journal of Medicine. Esto significa que en promedio, 1.65 millones de personas fallecen por esta causa. Las cifras han alertado a profesionales de la salud de Chile y el mundo, sobre todo considerando que en nuestro país el consumo de sal –y sodio- supera el doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, OMS.

Por esta razón el Dr. Pablo Castro, Jefe de la Unidad Coronaria del Hospital Clínico de la Universidad Católica, e investigador del Centro Avanzando de Enfermedad Crónicas, ACCDiS, realizó un llamado de alerta a la población nacional para disminuir la ingesta de sodio, contenida básicamente en la sal y también en una serie de productos que circulan en el mercado.

“En Chile la gente consume dos o tres veces más sal de la recomendada y eso es preocupante. Sabemos que la sal es un factor de riesgo para la hipertensión arterial, y se relaciona con mayor incidencia de problemas coronarios y accidentes vasculares encefálicos. Y de acuerdo a esta publicación internacional, se ha establecido que el exceso de este elemento da cuenta de una mayor mortalidad cardiovascular, que involucra a uno de cada diez casos”, señala el cardiólogo.

Asimismo, explica que una menor ingesta de sodio se relaciona con una disminución de la presión arterial, lo que generalmente resulta ser saludable para el organismo y el corazón.

Menos sal, más salud

Según ha establecido la OMS, la correcta ingesta de sal debe estar entre los 5-6 gramos diarios, lo que equivale a alrededor de 2-3 gramos de sodio. Sin embargo, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, los chilenos están consumiendo entre 12 a 13 gramos de sal al día.

Para el Dr. Castro, este negativo dígito, se debe básicamente a la costumbre de salar los alimentos en la mesa, a pesar de que éstos ya han sido sazonados al momento de cocinar. Pero también, a otros aspectos, como la dificultad de identificar el nivel de sodio que existe en productos envasados, incluyendo conservas dulces, y la falta de regulación a nivel de políticas de salud.

“En países como Finlandia y Reino Unido existe rotulación y una mayor regulación del contenido de sodio en los productos. En Chile, un buen ejemplo es lo que sucedió con el pan, al cual que se le bajó el nivel de sal. Sin embargo, sería muy importante que existiera una mayor regulación, y que los alimentos estuvieran claramente rotulados y además, que la industria pudiera producir de acuerdo a los niveles de sodio recomendados”, comenta el experto.

Junto a lo anterior, su propuesta también se basa en lograr disminuir el consumo de sal de forma gradual y no quitar por completo este elemento de la dieta. Esto, debido a que existe una adaptación progresiva en el sentido del gusto. “Los receptores de lo salado se van a acostumbrando con el tiempo, pero debe ser paulatino”, comenta.

Otra medida a considerar por el médico, es utilizar las sales que contienen bajo nivel de sodio, actualmente disponibles en el mercado. Sin embargo, advierte que éstas deben consumirse con moderación en casos de personas con problemas de insuficiencia renal, ya que también contienen dosis de potasio, que pueden ser nocivas para ellos.

Por su parte, el Ministerio de Salud también recomienda algunos tips destinados a mejorar la salud. Entre ellos, destaca sacar el salero de la mesa; usar condimentos que le den sabor a las comidas (como ciboulette, orégano, ajo, perejil, cilantro, cebolla, entre otros); consumir jugo de limón natural, vinagres y aceites aromatizados, y leer el etiquetado de los alimentos.

Respecto de los efectos nocivos de la sal, el Dr. Castro señala que también existen estudios que vinculan su alto consumo con el riesgo de cáncer gástrico. Esto, debido a que el producto puede ocasionar irritación local y además, favorecer la aparición de Helicobater Pylori, bacteria que se encuentra presente en el 80% de los chilenos, pero que en el 1% de estas personas, puede generar condiciones inflamatorias y daños que conllevan a este mal oncológico.

Fondap ACCDiS

El interés en esta realidad, por parte de científicos y médicos agrupados en el Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, se debe a la necesidad de éstos por generar mecanismos de prevención contra enfermedades cardiovasculares y cáncer. Dicho grupo –integrado por profesionales de las Universidades Católica y de Chile-, está investigando factores de riesgo asociados a estas patologías y también, explorando nuevos blancos terapéuticos para el combate de estos males, que constituyen la principal causa de muerte en Chile.

En el ámbito cardiovascular, algunos avances se refieren a la investigación de biomarcadores para insuficiencia cardíaca, los que permitirán diagnosticar de forma precoz los problemas relativos a la disminución de la función del corazón, y prevenir los daños.