Estados Unidos se proclamó este domingo campeón del mundo de básquetbol tras vencer en la final a Serbia por 129-92, revalidando el título logrado hace cuatro años en Turquía.

El equipo europeo ofreció resistencia durante cuatro minutos, hasta que la ‘máquina estadounidense’ se puso en marcha, ofreciendo una demostración de básquet, tanto en defensa como en ataque, donde destacaron Kyrie Irving y James Harden, con 26 y 23 puntos respectivamente.

Por unos minutos, las casi 14.000 personas que llenaron el Palacio de los Deportes de Madrid creyeron que podrían vivir un partido para la historia y quizá por ello los gritos de ánimo a Serbia se oían más que el apoyo a los norteamericanos.

Serbia comenzó de manera brillante, con buena defensa, control del rebote y buscando siempre la penetración en ataque para anotar o sacar la falta rival.

En el minuto cuatro, después de un 2+1 del pivote Miroslav Raduljica, Serbia mandaba por 7-15 y el mejor hombre en la pintura de los estadounidenses, Anthony Davis, estaba en el banco por faltas.

Pero eso despertó a la ‘bestia’. Estados Unidos, la gran portencia de la disciplina no podía recibir una afrenta así.

En lo minutos que siguieron hasta el descanso, los estadounidenses hicieron toda una demostración de agresividad defensiva y talento ofensivo, primero de la mano de James Harden (17 puntos en la pausa) y después de Kyrie Irving (18).

- FESTIVAL DE TRIPLES -

El equipo de Mike Krzyzewski anotó los seis primeros triples que intentó (11 de 16 al descanso) y destrozó a los serbios, que además estaban ahogados en ataque por la extraordinaria defensa estadounidense, que forzó nueve pérdidas de balón y tres robos.

La ventaja de EE.UU se iba disparando a la velocidad de la luz, pasando del 35-21 al final del primer periodo a un 67-41 de cara al descanso.

Con el partido sentenciado, los norteamericanos se dedicaron en la segunda parte a lo que más les gusta y lo que mejor saben hacer: espectáculo. Un recital de tapones, ‘clavadas’, contragolpes y canastas más propias de un All Star Game (el partido de exhibición en el que cada año compiten las estrellas de la NBA), en el que los serbios fueron los invitados de excepción.

Así, las diferencias en el tercer cuarto, se movieron siempre entre los 30 y una máxima de 39 puntos, para llegar al último parcial con el resultado de 105-67).

A los 40 puntos se llegó en el último cuarto (117-77), momento en el que el técnico serbio Aleksandr Djordevic tiró definitivamente la toalla, sacando de la cancha a sus principales hombres, aquellos como Milos Teodosic, Miroslav Raduljica, Bogdan Bogdanovic o Nenad Krstic, que han devuelto al baloncesto serbio al primer plano mundial.

- SOLO TRES EQUIPOS REPITEN MUNDIAL -

Estados Unidos se convierte así en el tercer equipo de la historia en ganar dos Copas del Mundo consecutivas, tras Brasil (1959 y 1963) y Yugoslavia (1998 y 2002), pero es el primero en sumar dos oros olímpicos (Pekín 2008 y Londres 2012) y dos títulos mundiales (Turquía 2010 y España 2014) seguidos.

El gran artífice de esta racha es el técnico Mike Krzyzewski, contratado a finales de 2005 por la Federación Estadounidense para devolver el orgullo al país donde nació el baloncesto, tras los fracasos en el Mundial de Indianapolis 2002 y de los Juegos de Atenas 2004.

En sus ocho años en el cargo solo ha sufrido una derrota, en las semifinales del Mundial de Japón, ante Grecia. Considerado el mejor entrenador de la historia del básquet universitario norteamericano, suma ya dos oros olímpicos, dos títulos mundiales y un bronce (el de 2006).

A España 2014, Estados Unidos se presentó con un grupo en el que no había grandes estrellas, pero se comportó con un verdadero equipo y sus jugadores, ninguno de ellos ha ganado aún ningún anillo de la NBA, con un hambre insaciable por triunfar.