Estamos en pleno Fashion Week y Anna Wintour es la primera de la fila de todos los desfiles, inmaculada, con su característica melena corta y sus grandes gafas de sol. Pero cuando llega la medianoche, es el centro de atención de un local nocturno.

O al menos son su pelo, gafas de sol y lengua retorcida los expuestos: el cantante cómico Ryan Raftery utiliza sus marcas distintivas hábilmente en una sátira musical que destroza la murmuradora industria de la moda y satiriza a sus sumas sacerdotisas.

Wintour, editora jefe de la edición en inglés de Vogue, asentada sobre una industria de 300.000 millones de dólares durante 26 años, es famosa por su impecable estilo y su dura personalidad.

Su mundo, que gira en torno a las mujeres más glamurosas del planeta, ahora es objetivo de una farsa en Manhattan.

El espectáculo, “Ryan Raftery is the Most Powerful Woman in Fashion” (‘Ryan Raftery es la mujer más poderosa de la moda’), se centra en la controvertida decisión de colocar a la estrella televisiva Kim Kardashian y al rapero Kanye West en la portada de Vogue en abril, una decisión que indignó a los puristas de la moda.

Vestida con una corta peluca rubia, gafas de sol, chaqueta y un top de lentejuelas, la Wintour de Raftery vierte su desprecio sobre los mortales que están por debajo de ella y lanza bromas sobre el mundo de la moda a través de canciones pop cuyas letras están reescritas.

La parodia, que se lleva a cabo durante cuatro noches en el Public Theater de Nueva York, comienza con una canción sobre las compras, “Skymall”, que transforma el “Skyfall” de Adele.

El cantante se contonea durante otra canción en la que confiesa una aventura extramatrimonial con el millonario de Texas Shelby Bryan.

Raftery ve a Wintour mitad como Hillary Clinton, mitad como una villana de “Star Wars”.

“Tiene toda la pinta de un Darth Vader, por ese tipo de pelo como casco y porque siempre mira exactamente del mismo modo”.

“Pero es tan astuta como Hillary”.

Él solo la ha visto una vez, en una concurrida intersección de Nueva York, donde ella se detuvo junto a él, café en mano, de brazos cruzados, gafas de sol y con el pelo perfecto.

Darth Vader y una mueca

“Le dije ‘Buenos días, Anna’, hizo algún tipo de mueca y siguió caminando, y eso es exactamente lo que quieres que ocurra cuando la conoces”, dijo Raftery.

“Quieres que sea como ‘El diablo viste a la moda’”, dijo en referencia a la película donde Meryl Streep dio vida a un personaje, basado libremente en Wintour, de una despiadada y arrogante editora de una revista de moda.

El espectáculo de Raftery es increíblemente “camp”, exagerado, extravagante, pero también explora el lado más delicado de la mujer que inspiró esa película.

“Más que nada quiero que la gente se dé cuenta de que hay una persona real. No es Darth Vader, incluso aunque pueda parecer Darth Vader”.

El espectáculo termina con un monólogo sobre cuán duro es ser Wintour y mantener siempre su perfecto aspecto: “Ahora mismo tengo 26 productos en mi pelo”.

Aunque parece disfrutar apuntando a la leyenda de la moda, Raftery no es otra cosa sino un fan de Wintour.

“Creo que la gente la ve como una neoyorquina icónica, lo mismo que la Estatua de la Libertad o el edificio Chrysler”.

La hija de Wintour, Bee Shaffer, se dejó caer la primera noche y dijo que disfrutó mucho del espectáculo.

Resulta que su madre la envió.

“Tiene perfecto sentido para mí. ¡Anna no va a tener a alguien estrenando un espectáculo sobre ella en su ciudad, en un lugar de buena reputación y no saber cosas sobre ello!”, dijo Raftery.

Shaffer colgó en Instagram una foto entre bastidores con el cantante y la leyenda “¿Mi madre suplente?”.

“Su hija no podría ser más encantadora”, dijo.

“Me dijo que le diría a su madre que el espectáculo era un exitazo, y ahora siento que Anna lo ha bendecido”.