Brigadas de rescate que buscan a siete mineros desaparecidos, de una treintena que quedaron atrapados en una mina artesanal en el Caribe de Nicaragua, seguían este lunes sin detectar señales de vida a medida que se acercan al lugar donde estarían retenidos, según fuentes en la zona.

“No hay ninguna señal de ellos (…) pero es díficil dar un pronóstico (sobre su situación), seguimos buscándolos hasta encontrarlos, no se descansará”, dijo a la AFP, Marcela Castillo, empleada de la empresa minera Hemco, que colabora en la búsqueda.

La portavoz del gobierno Rosario Murillo, informó en su intervención diaria que siguen de cerca las tareas de rescate y aclaró que son siete y no ocho los desaparecidos, dado que uno de los que uno de los incluidos en la nómina se presentó a las autoridades para informar que el día del accidente no estuvo en la mina.

El viceministro de Gobernación, Carlos Nájar, declaró a medios oficiales que algunas herramientas de trabajo de los mineros desaparecidos fueron encontradas la noche del domingo en otro punto de ingreso al yacimiento conocido como El Meneito, que es “una garganta de difícil acceso”.

Entre las herramientas encontradas están un mazo, una lanza y una lámpara que sus compañeros identifican como de uno de los desaparecidos y creen que “podemos encontrarlo con vida”, según Nájar.

Desde el sábado se realizaron 25 incursiones dentro de la mina, en cuyo interior hay un terreno inestable, con varias fallas y por eso “hay que ir de puntillas”, declaró al Canal 4 de televisión el delegado del gobierno en la zona, Lumberto Campbell.

Condiciones sofocantes y difíciles

“Hoy (lunes) vamos a avanzar en forma importante hasta que alcancemos el objetivo”, en un punto donde, según los compañeros, podrían estar los desaparecidos, señaló Campbell.

“Cremos que dentro de poco tiempo podemos acceder adonde están atrapados, de acuerdo a la información de uno de los mineros que estuvo soterrado”, según el jefe de las operaciones de búsqueda del cuerpo de Bomberos, Javier Amaya.

Al grupo de socorristas integrado por 34 personas se han unido mineros artesanales, que en grupos de diez ingresan al lugar. Allí las condiciones son “sofocantes y difíciles” lo que les causa “agotamiento extremo”, indicó Amaya.

Los mineros, conocidos como “güiriseros” por su labor artesanal para extraer el oro, cumplieron este lunes cinco días de su desaparición en El Comal, un filón abandonado hace más de 80 años por las compañías extranjeras que explotan los yacimientos auríferos en el noreste de Nicaragua.

Del grupo de 29 mineros atrapados, 20 fueron rescatados por las brigadas de salvamento después de 30 horas dentro de los túneles y dos logran salir a superficie por su cuenta.

Los buenos precios del oro han provocado una fuerte migración de personas de distintos puntos del país hacia Bonanza, uno de los tres yacimientos que conforman el llamado triángulo minero, donde se encuentra la más importante riqueza aurífera del país.

La mina El Comal, enclavada en un cerro del mismo nombre y a cinco kilómetros del área urbana de Bonanza, estaba clausurada desde hace 84 años y está catalogada como “de alta peligrosidad”, comentó Castillo.

Hace tres semanas perecieron dos güiriseros en ese mismo lugar a causa de un deslizamiento de tierra provocado por las lluvias, recordó Castillo.

Una comisión municipal realiza un estudio para hacer un diagnóstico sobre la minería artesanal, principal fuente de empleo en esa remota población del Caribe.