Los abusos sexuales y físicos que sufrieron decenas de niños de instituciones religiosas norirlandesas que luego fueron enviados a Australia son objeto de una investigación pública cuyas audiencias se iniciaron el lunes.

Las audiencias tienen lugar en Banbridge, en la provincia británica de Irlanda del Norte. Las víctimas testificaron ya, o lo harán en las próximas tres semanas, en persona, por video o por escrito.

La comisión investiga los abusos de todo tipo a los niños, principalmente en instituciones católicas norirlandesas, y a partir de este lunes se centra en los 140 niños que fueron despachados a Australia entre 1922 y 1995, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial.

En algunos casos los niños eran huérfanos. En otros, eran hijos de madres solteras, pero se les dijo que no tenían ningún familiar para que no trataran de volver, explicaron los sobrevivientes.

En sus declaraciones preliminares, “muchos describen las experiencias que vivieron al llegar a Australia en términos chocantes, exponiendo con detalles los castigos duros, la violencia sexual y física grave, a la que dicen haber sido sometidos como niños en las instituciones a las que les enviaron en Australia”, explicó Anthony Hart, el juez retirado que preside la comisión investigadora.

Sin embargo, las audiencias se centrarán en lo que les ocurrió a los niños en Irlanda del Norte, antes de viajar a Australia, en cumplimiento del mandato de la comisión. Hart aseguró no obstante que se ocuparán de transmitir los testimonios a las autoridades de ese país.

“El relato de sus experiencias en Australia no se irá a la basura. Quiero asegurarles que no será el caso”, afirmó Hart.

La comisión tiene que presentar su informe al Gobierno regional norirlandés a principios de 2016, aunque ha solicitado que le den un año más de plazo.