Es muy común que en invierno estemos más lentos que de costumbre, ya sea por el mal tiempo o la menor exposición al sol, entre otros. Pero para quienes son así todo el año, sin importar si está en el Polo Norte o en las paradisíacas playas de Bahía, otoño e invierno es definitivamente su zona de confort.

Por lo anterior, es que cuando llega primavera y verano la tasa de suicidios aumenta. En palabras muy simples, según Juan Ariel Zúñiga, psiquiatra de la Universidad de Chile, “cuando aumenta la cantidad de luz a la que nos exponemos diariamente, afectaría ciertas hormonas que influyen mucho en nuestro estado de ánimo”.

Señala que “los pacientes pasarían de una depresión a una manía, siendo esto un mayor factor de riesgo suicida”.

Por otro lado, señala el especialista, los depresivos en otoño e invierno “pasan más piola, ya que están más de acuerdo al tono común de la sociedad. Menos ánimo, más apagados, en mayor sintonía con el clima”.

Por lo mismo, al llegar los días de sol, playa y mejor ánimo, los depresivos “se deprimen aún más”.

En cuanto a los índices que tiene Chile al respecto, según el psiquiatra pertenecemos al grupo con números rojos. Es más, indica que cerca del 15% de la población podría presentar cuadros depresivos, y de ellos, muchos “son adolescentes y preadolescentes”, rango que nos deja en el segundo lugar a nivel mundial respecto de las tasas de suicidio.

Lamentablemente la edad baja cada día más, y lo atribuye a que “Chile a tenido un crecimiento económico-social rápido en los últimos 20 años, lo que nos pone a la par de otros lugares”, sucumbiendo así al estrés, cambio de sueño, mayor de exigencia educacional, generando una gran “frustración en los jóvenes”.

Escucha a continuación la entrevista completa, realizada por Scarleth Cárdenas y Patricio Cuevas, en el programa Expreso Bío Bío: