Con el fin de demostrarle a su pequeña hija que no hay nada en el mundo que no pueda lograr, la fotógrafa neozelandesa Holly Spring decidió realizar la sesión de fotos más importante de su vida con su niña como musa.

La menor de tres años nació con la enfermedad de Hirschsprung -una obstrucción del intestino grueso- y sin su mano izquierda, por lo que a través de increíbles composiciones fotográficas, la mujer quiso enseñarle a la menor lo hermosa que era y la belleza del mundo que la rodea.

“Mi hija es mi musa y mi corazón, es quien me inspira a seguir mi pasión y compartir mi trabajo y arte digital con ustedes”, explicó la profesional a través de su página web, donde subió su trabajo.

En las imágenes se puede ver a la niña en diferentes paisajes y rodeadas de colores que han conmovido a cientos de personas alrededor del mundo.

hollyspringphotography.com

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