La noche de este martes falleció Arturo Mejías Koo, más conocido como el creador del tradicional dulce iquiqueño chumbeque, comercializado bajo la marca “M. Koo”.

La información fue confirmada a Radio Bío Bío en Iquique y, según reporta el diario local A Toda Costa, Mejías había quedado postrado desde noviembre pasado, a raíz de una avanzada diabetes que obligó a internarlo por entonces en la Clínica Iquique, donde llegó hasta la unidad de pacientes críticos.

El chumbeque logró popularizarse fuera del norte chileno gracias a los esfuerzos del empresario, quien convirtió un pequeño emprendimiento familiar en un negocio capaz de masificar este producto típico, que hoy se vende con gran éxito en otras regiones cercanas, en distintas partes de Santiago, e incluso en ciudades tan distantes como Punta Arenas.

A Mejías le sobreviven su esposa y dos hijos. Hasta el cierre de esta nota, aún no había información sobre sus funerales.

De la tradición familiar a los litigios judiciales

La historia del chumbeque M. Koo comenzó en 1920, cuando el cantonés Kaupolín Koo Kau se radicó en Iquique, cambiando su nombre por Ernesto Koo Flores. El ciudadano chino se desempeñó como médico en las oficinas salitreras hasta que la crisis de esta industria lo obligó a emigrar a Pozo Almonte, donde contrajo matrimonio con la repostera Petronila Bustillo Sandoval.

Ambos dieron vida al chumbeque “M. Koo”, usando productos del norte grande sobre una receta cantonesa.

Durante muchos años el negocio se mantuvo en el ámbito estrictamente local, hasta que en 1978, Arturo Mejías Koo, sobrino de los propietarios, comenzó a trabajar en la fábrica. El joven emprendedor se encargó de registrar la marca “M. Koo”, crear el carcaterístico logo del hombre chino y de obtener un sello de calidad para comercializar el producto en otras zonas.

Desafortunadamente, la prosperidad también trajo consigo disputas familiares, que decantaron en abril del año pasado, cuando la hermana del empresario consiguió que los Tribunales la reconocieran como dueña del tradicional local que la firma ocupaba en calles Eleuterio Ramírez y Latorre, tras lo cual Mejías se vio forzado a trasladar su mobiliario a otro recinto.