El próximo miércoles 30 de julio, tenedores de bonos de Argentina deben cobrar vencimientos de intereses de deuda pactados en dos canjes realizados por el gobierno en 2005 y 2010.

Sin embargo, un fallo judicial en Estados Unidos a favor de grupos acreedores privados bloqueó esos pagos, lo cual podría provocar una moratoria de la tercera economía de América Latina.

¿Qué significa el default en este escenario?

En la actualidad, Argentina confronta una economía en recesión, con caída del PIB en el primer trimestre de 0,8% comparada con el último trimestre de 2013, que ya había registrado una contracción, y una inflación de 15% en el primer semestre de 2014. Varios analistas consultados por la AFP coinciden en que estos aspectos se van a potenciar si hay default.

“En el día a día se va a percibir muy poco porque hoy no es 2001″, dijo el economista Juan Pablo Ronderos de la consultora Abeceb.com pero “se complicarán” las operaciones de empresas para pagar exportaciones y la financiación.

Según Ronderos, “Argentina seguirá pagando el resto de su deuda porque sería un default selectivo”.

Un default castiga con la marginación del mercado de capitales y al acceso a financiamiento internacional, pero Argentina está afuera de estas fuentes de financiamiento desde que declaró una supensión de pagos de su deuda soberana por más de 100.000 millones de dólares -con intereses- en 2001.

¿Qué es un default, moratoria o cese de pagos?

Es el incumplimiento del pago de una deuda.

La presidenta Cristina Fernández sostiene que Argentina no entrará en default porque “ya pagó” en un banco de Estados Unidos más de USD 500 millones correspondientes al vencimiento de bonos reestructurados, bloqueados por orden del juez Thomas Griesa.

El exsecretario de Finanzas Guillermo Nielsen (2002-2005) explicó que “un país entra en default cuando los tenedores de bonos, por las razones que fuere, no pueden cobrar sus bonos”, por lo tanto las calificadoras de riesgo tendrán que poner una ‘D’ a la nota argentina si el miércoles próximo sus bonistas no cobran el vencimiento pautado. Y el país estará en default.

Griesa exige cumplir con el pago a los acreedores que Argentina llama “fondos buitres” y que ganaron un litigio en su corte para cobrar 1.330 millones de dólares por bonos comprados ya en default, y por ello bloqueó el dinero enviado por Argentina. Ese bloqueo es, precisamente, el que detiene el pago a los tenedores de bonos reestructurados.

¿Qué consecuencias tiene un default para los argentinos?

Los argentinos cerraron 2013 con una inflación de 28%, y empezaron 2014 con una devaluación de su moneda del 18,6%, aumento de tarifas en servicios básicos y mayor presión fiscal.

Por el momento el default no es un tema que desvele a la población dado que la inseguridad y la inflación son las principales preocupaciones.

No obstante, los economistas advierten que el default sí podría afectar la vida diaria de la gente porque la inflación podría dispararse y la recesión puede profundizarse. “Todo lo que está viviendo hoy Argentina se puede potenciar”, afirmó a la AFP Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres. El principal temor es que empiecen los despidos en este país cuya tasa de desempleo se sitúa en 7,1%.

¿Cuál es el impacto que un default argentino puede producir en la región y en países con deuda reestructurada?

El Fondo Monteario Internacional (FMI) considera que una moratoria argentina tendría un “costo” para todo el sistema financiero al crear “incertidumbre” sobre la posibilidad de restructuraciones futuras de deudas de países en crisis.

Una restructuración implica plazos de pago más largos, quitas en las acreencias, modificaciones en el interés a pagar, o una combinación de estos mecanismos. “Necesitamos mecanismos de solución que funcionen bien cuando los países están en dificultad”, dijo el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard.

¿Cuáles son las diferencias entre el default de 2001 y el de 2014?

“Hay mucha diferencia”, afirmó Spotorno. “En 2001 Argentina estaba viviendo de la deuda y ahora vive de la emisión monetaria que ‘revienta’ a los asalariados”. Entonces un default no “afecta tanto como en el 2001″.

No obstante, Spotorno advirtió que si el país entra la próxima semana en suspensión de pagos “se empiezan a frenar los créditos al comercio interior, a la inversión y daña el crecimiento a mediano y largo plazo más allá de que además puede generar algún tipo de corrida por la caída de los bonos, de las acciones, y eso generalmente está acompañado por aumento de tasas de interés y del dólar”.