Aunque los médicos estudian muchos años y saben mejor que nadie de medicina, son seres humanos y como tales pueden equivocarse.

De hecho, tras pasar por el pregrado, varios siguen especializándose con el fin de perfeccionar sus conocimientos y errar cada vez menos en sus diagnósticos.

En este sentido, se podría pensar que las enfermedades físicas son más fáciles de observar que los trastornos mentales, pero no siempre es así.

En este sentido, te entregamos un listado con 4 padecimientos que suelen confundirse y por lo tanto, mal diagnosticarse, según el portal de noticias de salud Medical Daily.

1. TDAH y TOC

El trastorno de hiperactividad con déficit de atención (TDAH) y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) son, a menudo se confunden, pudiendo ocasionar problemas graves, especialmente en los niños, cuyos cerebros aún se están desarrollando. Si bien ambos son trastornos atencionales, el TDAH se manifiesta en una extrema dificultad para mantener la concentración, y el TOC muestra niveles de concentración intensa, en un grado perjudicial.

Un estudio de 2012 publicado en Journal of Neuropsychology determinó que los pacientes con TDAH son más impulsivos que los con TOC.

El peligro del mal diagnóstico está relacionado con los medicamentos, pues mientras a quienes padecen TDAH se le da Ritalin para calmar su excitabilidad, si se le da el mismo fármaco a alguien con TOC, se intensifican los síntomas.

“Es más probable que un joven estudiante sea diagnosticado con TDAH en lugar de TOC, ya que los profesores ven a tanta gente con problemas de atención y no muchos con TOC”, dijo el investigador Reuven Dar. “Si no miras con suficiente atención, podrías cometer un error”, agregó.

2. Depresión y angustia por diabetes

Las personas con diabetes tienen buenas razones para sentir un gran estrés, debido a las revisiones constantes, la medicación, y la dieta. Cada vez más, los investigadores están descubriendo que esta angustia se parece mucho a la depresión.

En este sentido, puede ser innecesario -y hasta peligroso- tratar a un diabético con antidepresivos.

“Debido a que la depresión se mide con escalas basadas en síntomas ​​y no atadas a qué la provoca, en muchos casos, estos síntomas podrían reflejar la angustia que la gente tiene acerca de su diabetes, y no un diagnóstico clínico de depresión”, señaló el doctor Lawrence Fisher, autor principal de un estudio presentado en la conferencia de la Asociación Americana de la Diabetes.

El experto recomienda que los médicos traten los síntomas de angustia como una manifestación de la diabetes del paciente, que “no hay que considerar como psicopatología”.

3. Trastorno bipolar y trastornos de la personalidad

Actualmente, la mejor herramienta de la ciencia médica para diagnosticar el trastorno bipolar es tener una entrevista cara a cara con el paciente, pero no es lo ideal, ya que este padecimiento se caracteriza por patrones de conducta, de carácter amplio y de larga duración.

El psicólogo clínico Russ Federman dice que el trastorno bipolar suele ser confundido con depresión unipolar, TDAH, y trastornos de la personalidad, con rasgos de personalidad límite y/o narcisistas.

Mientras los enfermos de depresión varían en sus temperamentos, el TDAH consiste moverse rápidamente entre los estados mentales y los pacientes límite son propensos a estallidos de ira, por eso se les confunde.

Federman dice esta ambigüedad hace que el diagnóstico correcto sea complicado. “Si la conclusión diagnóstica de tu profesional de salud mental no suena tan cierto para ti, si no recibes una explicación completa y detallada de por qué es probable que sea diagnóstico bipolar, es absolutamente apropiado buscar un segundo opinión”, señala el profesional.

4. VIH y gripe

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) puede tardar hasta tres meses en aparecer en los exámenes, por eso muchas veces existe un período riesgoso de incertidumbre en que los primeros síntomas comunes de la infección – fiebre, náuseas, vómitos, pérdida de peso, úlceras orales y glándulas linfáticas inflamadas – son fácilmente confundidas como síntomas de la gripe.

Al respecto, un estudio del centro British Columbia Centre for Excellence in HIV/AIDS entrega a los médicos una serie de directrices para diferenciar el VIH de una gripe, para poder tratar con medicamentos retrovirales o un antigripal.

“Un simple análisis de sangre junto con la evaluación clínica nos permite detectar la enfermedad tempranamente y proporcionar un tratamiento para salvar la vida”, señaló el director del Centro, Julio Montaner.