Luego que los parlamentarios rechazaran en la Cámara de Diputados que Kinesiología, Fonoaudiología, Nutrición y Dietética, Tecnología Médica y Terapia Ocupacional, se incorporaran a la categoría universitaria, el malestar de los profesionales de estas áreas no se hizo esperar.

Si bien el senador Alberto Espina y la ex parlamentaria Evelyn Matthei estuvieron de acuerdo con incorporar las mencionadas carreras a esta categoría -que busca reconocer la relevancia científica y la calidad esencial y exclusivamente universitaria de estas profesiones- finalmente se incorporó el título de enfermera y el de matrón en el listado de carreras profesionales que requieren licenciatura para ejercer la docencia. En el primer caso, es el de licenciatura en enfermería; mientras que en el segundo, se otorga la licenciatura en obstetricia y puericultura.

Frente a esta discusión, los profesionales del área de la salud afectados, manifestaron su molestia ante la la aprobación en la Cámara de la iniciativa que otorga categoría universitaria a las carreras de enfermería y obstetricia. Es así como la Sociedad de Kinesiología Intensiva y Terapia Respiratoria, a través de una carta, expresó su descontento con el resultado de la negativa votación parlamentaria:

Carta de la Sociedad Chilena de Kinesiología Intensiva y Terapia Respiratoria acerca de la exclusividad universitaria para las carreras de la salud

La Sociedad de Kinesiología Intensiva y Terapia Respiratoria de Chile respalda plenamente las gestiones del Colegio de Kinesiólogos. Estamos sorprendidos y molestos con el resultado de la negativa votación parlamentaria, acerca de la exclusividad de la formación universitaria para todas las carreras de la salud. Sorprendidos porque asumimos que es en el congreso donde se vela por los intereses de la población entera y molestos por las exiguas argumentaciones que se esgrimieron para rechazar esta situación. Discriminar entre diferentes carreras, que son de carácter eminentemente profesional, es antojadizo e innecesario. No aceptamos, bajo ningún pretexto, que este reconocimiento se establezca sólo para un par, cuando en todas ellas, los procesos que llevan a las decisiones terapéuticas y de intervención, exigen previamente de la elaboración de diagnósticos propios adecuados más allá del diagnóstico patológico que es de responsabilidad exclusiva del médico. Cada una requiere ampliar ese diagnóstico médico según criterios de cada disciplina, los cuales son el objeto de sus estudios.

Las intervenciones en salud son decisiones autónomas de los distintos actores profesionales, una vez establecido el diagnóstico médico. Éstas buscan solucionar los problemas de salud de las personas bajo sus cuidados, en sus propios campos de acción y en conjunto como equipo. Las decisiones terapéuticas buscan la intervención más prudente y eficaz, de la más alta calidad posible, minimizando el riesgo y optimizando los recursos, evitando acciones que podrían estar bien aplicadas en lo técnico, pero que sean innecesarias o superfluas.

Estas decisiones se basan en una sólida formación profesional universitaria, donde se entregan no sólo herramientas de uso técnico, sino que, de manera mucho más importante, de razonamiento clínico y crítico. Las intervenciones en salud no son sólo un requerimiento técnico, se necesita creatividad e innovación, ambas propias de la investigación asociada, que busca encontrar mejores soluciones, en una espiral ascendente permanente. La única manera de lograr mejorías en los procesos de fomento, prevención, tratamiento y recuperación de la salud es desarrollando la investigación en cada campo profesional, donde cada uno aporta, desde su mirada, al cuerpo de conocimientos del equipo.

Así como en las otras carreras, en Kinesiología, la innovación científica es crítica. Es así como se ha demostrado que, por ejemplo, contar con profesionales kinesiólogos, con presencia 24 horas en las unidades de cuidados intensivos, significa optimizar recursos, disminuir costos y mejorar criterios de calidad, al contribuir a la disminución de los días de ventilación mecánica y los días de hospitalización. Esto no se logra mediante la aplicación de técnicas, muy por el contrario, corresponde a un proceso racional de identificación de problemas de salud y búsqueda de soluciones, que deben ser evaluadas, mediante el debido proceso investigativo, antes de ser implementadas. Esa formación se logra, exclusivamente, en el ámbito universitario.

Por otra parte, el usuario espera ser atendido por el mejor profesional disponible y esto también significa que no basta la mera formación técnica en un instituto profesional. No basta con aplicar solamente las técnicas de tratamiento, porque, aunque estén bien aplicadas, no aseguran por sí mismas el restablecimiento del estado ideal de funcionamiento de la persona tratada. Se requiere, fundamentalmente, de razonamiento crítico que logre traducirse en un diagnóstico. El diagnóstico profesional no es otra cosa que la valoración del estado de salud y de funcionamiento del paciente, aplicando el conocimiento más actual posible y analizando críticamente la mejor evidencia disponible, para definir la estrategia más adecuada que satisfaga las necesidades de nuestros pacientes. Si no existe esa estrategia, o si su evidencia es pobre, debe buscarse nueva información mediante la investigación. Sólo así se logra avanzar en salud.

Esperamos de nuestros parlamentarios que prime la cordura, que se tomen en cuenta los intereses de la población y no de grupos económicos específicos. Nuestro país merece de profesionales que solucionen sus problemas de salud. Y en salud no se juega, porque tratándose de ella, el margen de error esperado es igual a cero.
 
A nombre de la Sociedad:
Klgo. José Mauricio Landeros Serendero
Presidente de la Sociedad de Kinesiología Intensiva y Terapia Respiratoria

 
Santiago, Mayo de 2014