Los cuatro periodistas franceses, liberados tras diez meses de cautiverio en Siria a manos de un grupo yihadista vinculado a Al Qaeda, llegaron este domingo a Francia con semblante cansado y más delgados, prueba de su secuestro en “sótanos sin ver la luz del día”.

Más de 24 horas después del anuncio de su liberación, los primeros elementos sobre su secuestro a manos del Estado Islámico en Irak y Levante (EIIL) empiezan a aparecer.

Nicolas Hénin, uno de los ex rehenes, explicó su intento abortado de fuga, una “larga travesía de lugares de detención en lugares de detención” en un país arrasado por la guerra civil.

El presidente francés, François Hollande, recibió a los periodistas a su llegada al aeropuerto militar de Villacoublay, cerca de París.

“Fue largo, pero nunca tuvimos dudas (…) Sabíamos que todo el mundo estaba movilizado”, declaró el reportero Didier Fraçois antes de agradecer a los “diplomáticos y a los agentes de lo servicios secretos” su trabajo “absolutamente formidable, con mucha discreción, todos los días y a todas horas” para intentar liberarlos.

El jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, aseguró por su parte que varios de los secuestradores hablaban francés.

“Hay ciudadanos franceses, belgas, italianos y europeos, en general, que se marcharon a hacer la yihad” en Siria, añadió Fabius en un programa televisivo.

El curtido reportero de la radio Europe 1, Didier François, indicó que pasaron “diez meses completos en sótanos sin ver la luz del día, un mes y medio encadenados los unos a los otros” y habló de condiciones de detención “duras”.

“En un país en guerra, nunca nada es fácil, ni la comida, ni el agua, ni la electricidad. En ocasiones, todo ocurría muy rápido, los combates estaban cerca, por lo que llegó la situación de trasladarnos rápidamente en condiciones estrafalarias”, añadió.

El reportero del semanario francés Le Point Nicolas Hénin, feliz con sus dos hijos en brazos, dijo que “no siempre” fue bueno el trato de los secuestradores a los periodistas.

“Lo que más sufrimos durante toda la primera parte de nuestra detención fue por la falta de alimentos”, relató más tarde Hénin a la televisión Arte.”El frío, también, no teníamos agua caliente”, añadió. “También hubo un poco de maltrato físico, pero por aquello pasan todos los prisioneros sirios. Siria siempre fue un gran centro mundial de la tortura”.

El jefe de estado francés reiteró, por su parte, que Francia “no paga rescates” en el caso de rehenes. “Es un principio muy importante para que los secuestradores no estén tentados de tomar otros rehenes. Todo se hizo mediante negociaciones, conversaciones. No quiero ser más preciso”, concluyó.

Decenas de reporteros secuestrados

Desde el inicio de la guerra en Siria entre fuerzas leales al régimen de Bashar al Asad y grupos rebeldes, decenas de reporteros sirios y extranjeros han sido secuestrados en el país.

A pesar de la liberación de varios periodistas europeos en las últimas semanas, muchos compañeros de profesión continúan secuestrados como los estadounidenses Austin Tice, desaparecido desde agosto de 2012, y el ex colaborador de la AFP James Foley, desde noviembre de 2012.

Didier François y el fotógrafo Edouard Elias fueron secuestrados en el norte de Alepo el 6 de junio de 2013, mientras que Nicolas Hénin y el fotógrafo independiente Pierre Torrès lo fueron el 22 de junio en Raqa.

Una patrulla del ejército turco halló a los cuatro hombres el viernes por la noche en la frontera que separa Turquía y Siria, cerca de la localidad de Akçakale (sureste).

A finales de marzo, los españoles Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova, periodistas secuestrados por también por el EIIL fueron liberados después de seis meses de cautiverio.

Un periodista del diario catalán El Periódico, Marc Marginedas, secuestrado por el mismo grupo en Siria el 4 de septiembre, fue liberado el 2 de marzo.