El Gobierno anunció bono de $200.000 para que las familias víctimas del incendio puedan comprar ropa y ropa de cama (Además del bono de $1.000.000 para enseres además de otros para microempresarios afectados).

Hasta ahí, este bono es positivo y necesario (más allá de que las familias y las personas no tienen las mismas necesidades)…pero este bono se hace efectivo a través de una “gift-cart” o tarjeta que tiene que usar el titular sólo en Falabella, Almacenes París o Ripley (podría sumarse La Polar, ya libre de polvo y paja).

Es decir, este bono beneficiará a los damnificados y a estas grandes tiendas y no al comercio local (lo que ya hizo el Gobierno de Piñera después del terremoto de 2010). Este bono potenciará todavía más a las grandes cadenas (a los grandes capitales) y el Estado no se hará cargo –nuevamente y como ha sido casi una constante- de uno de los motivos centrales para declarar una parte importante de Valparaíso Patrimonio de la Humanidad: las formas de vida que desarrollan las personas en el puerto, siendo una de ellas –y central- su comercio local.

El bono para adquirir ropa, desde este punto de vista, beneficia a las víctimas y traiciona a Valparaiso en su esencia, en su forma de vida. El bono atenta contra Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad, como Patrimonio Vivo.

Un punto en contra para el Gobierno en términos de Patrimonio y Cultura.