Madrid se echó a la calle la noche del miércoles al jueves para celebrar la Copa del Rey obtenida por el Real Madrid en una emocionante final ante el eterno rival, el FC Barcelona.

Los aficionados del equipo merengue se empezaron a congregar tras el pitido final en la céntrica plaza de Cibeles, justo delante del ayuntamiento de la capital española, donde se proyectaban unos balones de fútbol diseñados con láser y los altavoces hacían retumbar el clásico cántico de “campeones”.

Los primeros aplausos de la noche estallaron cuando la pantalla gigante instalada en la plaza mostraba al rey Juan Carlos ofrecerle el trofeo al capitán del equipo, el portero Iker Casillas.

Sería hacia esta plaza, el lugar histórico de las celebraciones del Madrid, donde la plantilla merengue se dirigiría al volver de la final disputada en Valencia, para festejar junto a miles de aficionados.

“Ganar la Copa ya es fantástico, ganar contra el Barcelona todavía más. Vamos a hacer la fiesta toda la noche”, celebraba Ezequiel Muñoz, un estudiante de 20 años con la camiseta del central Sergio Ramos que acudió a Cibeles con una decena de amigos.

Juan Moreno, un bombero de 61 años originario de Venezuela, hincha del Real Madrid de toda la vida, agitaba una enorme bandera con el escudo de su equipo.

“No tuve duda de que iban ganar porque la defensa del Madrid estaba muy cerrada y el contraataque lo tenían muy bien estudiado”, aseguraba.

Desde grupos de jóvenes hasta familias acompañadas de sus hijos cantando “la Copa ya está aquí”, miles de aficionados saltaban de alegría en la céntrica plaza, esperando la llegada de sus héroes en un autobús directamente desde el aeropuerto madrileño.

Una escena similar ya se produjo hace 3 años, cuando la plaza de Cibeles acogió también a los jugadores del Real Madrid, que también en Valencia vencieron en la final de la Copa del Rey al Barça por 1-0.