La polinización por las abejas produce frutillas más grandes, más rojas y más tersas, según un estudio publicado este miércoles que pretende demostrar que los beneficios de las abejas están subestimados.

La investigación, coordinada por Björn Klatt de la Universidad alemana de Goettingen, ha comparado las frutillas que son producto de la polinización por abejas, por el viento y por la autopolinización.

La experiencia ha demostrado que las frutas polinizadas por las abejas son más grandes, tienen menos malformaciones, un color más rojo y son más tersas, lo que las hace durar más.

Las frutillas polinizadas por las abejas pesan de media 11% más que las polinizadas por el viento y 30% más que las autopolinizadas, según el resultado de la investigación publicado en la revista británica Proceedings of the Royal Society B.

El hecho de que sean más tersas les hace durar entre 12 y 26 horas más una vez cortadas, lo que tiene repercusiones comerciales significativas, según los investigadores.

Esto se debería a que la polinización de los pequeños granos de la piel de las frutillas, que tienen un papel en el sistema hormonal del fruto, es más completa.

Los autores estiman que si se extrapolan los resultados a otros cultivos, la polinización de las abejas se ha “subestimado hasta ahora” de manera general y constituye un “elemento vital y económico importante” para la calidad de la fruta.

El estudio subraya que el 90% de las frutillas sólo tiene una vida útil de cuatro días. En un mercado europeo de 1,5 millones de toneladas, la polinización por abejas permitiría reducir las pérdidas en un 11%, lo que equivale a 236 millones de euros cada año, según los cálculos de los investigadores.