Estimados BioBioChile:

Las experiencias traumáticas, sin importar su origen, son procesos que se sitúan dentro de un contexto que tiene como protagonista a un sujeto socio-histórico (Blanco & Díaz, 2004). Para que este planteamiento fuese aceptado, lo que en la actualidad puede parecernos tan lógico, la psicología debió recorrer un largo camino para lograr el reconocimiento de los factores contextuales más allá de las características individuales o rasgos de las personas como fundamentales, para explicar los efectos de este tipo de experiencias.

De acuerdo con la OMS (2002), la violencia colectiva, donde se incluye la guerra, el terrorismo, la violencia perpetrada por el estado y la delincuencia violenta organizada, es el problema de salud pública más importante en el mundo, lo que queda de manifiesto si revisamos la actualidad mundial, marcada por los conflictos en Siria, y la actualidad nacional teñida por la conmemoración de los 40 años desde el golpe de Estado de 1973.

Si consideramos los antecedentes, el contexto en que se dio el golpe de Estado, y sus consecuencias, podemos caracterizarlo como un proceso donde el tejido social y las relaciones sociales fueron afectadas, y donde además las redes sociales de apoyo se dañaron. (Martin-Baró, 1989; Lira, Becker, & Castillo,1990; Lira & Castillo, 1991; Lira, 1999)

El daño que produce la vivencia de una experiencia traumática como la caracterizamos, nos lleva a preguntarnos si es posible integrar las consecuencias individuales, comunitarias y sociales del trauma debido a violencia política en una escala única de Trauma Psicosocial (ETAPS) diseñada y validada a partir de las dimensiones propuestas por Blanco et al. (2006).

Las características chilenas mencionadas, claramente nos dan cuenta de la adecuación y utilidad del concepto de trauma psicosocial a partir de los sucesos políticos ocurridos en Chile, lo que además es respaldado por diversos estudios que han encontrado evidencias de las consecuencias traumáticas de lo ocurrido hace 40 años atrás, a nivel individual, en los grupos primarios de apoyo y en la sociedad chilena en general, incluso en la actualidad. (Cornejo, Rojas, Buzzoni, Mendoza, Concha & Cabach, 2007 Faúndez & Cornejo, 2010; Morales & Cornejo, 2013)

Saluda cordialmente,

Loreto Villagrán Valenzuela, Psicóloga y Doctora del programa de Comportamiento Social y Organizacional de la por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).