Los vecinos de Valparaíso participaron de una protesta en la Plazuela San Luis, uno de los lugares más recorridos por los turistas. En el lugar denunciaron una categórica falencia en seguridad; en una semana siete vehículos han sido robados en la calle Gabo del Cerro Alegre.

Se han mostrado temerosos por el avance de las construcciones en altura, en las que se aumenta la carga de población en lugares donde el estilo de vida no está de acuerdo a la belleza de las atracciones que convocan a miles de extranjeros, además de obstaculizar la vista hacia el oéano.

Habitantes de los cerros Placeres, Concepción, Alegre, Cárcel y Cordillera hicieron resonar su voz a través del movimiento “Valparaíso no se vende”.

Según hicieron ver en una carta abierta al alcalde Jorge Castro, no se tiene la capacidad para enfrentar legalmente al poder económico, esto a pesar de que se logró suspender la construcción de un nuevo edificio en altura en Placeres.

Sandra Horn, presidenta de la junta de vecinos 73 de Cerro Alegre Bajo, señala no querer más edificios y restaurantes que no prosperan, que son abandonados.

En cuanto a la delincuencia, una habitante de la calle Gabo, del Cerro Alegre, se atrevió a denunciar la falta de seguridad en el sector, afectando especialmente a los vehículos estacionados.

Uno de los interventores de este movimiento de habitantes de Valparaíso y fundador de Inti Illimani, Jorge Coulón -residente de la calle Papudo del Cerro Concepción-, compartió con Radio Bío Bío su experiencia en el extranjero, que sugiere como un modelo de seguridad el ejemplo de Cartagena de Indias, que viene desde la convicción de los ciudadanos en resolver todos los temas de amenazas contra la paz social en las calles.

Los cerros porteños exigen una mayor defensa para la ciudad, lo que queda patente en otro de los extractos de la carta, donde los vecinos señalan que “el ciudadano ve con amargura, decepción, y al mismo tiempo con indignación cómo se destruye día a día el entorno, la vista y la tranquilidad”.