La nueva alza en las bencinas dejó de manifiesto la indignación de los automovilistas de Osorno, quienes llamaron al Gobierno a intervenir para evitar que el precio por litro llegue a los $1.000.

Este jueves los combustibles de 93, 95 y 97 octanos experimentaron alzas de $18 por litro, alcanzado en algunos lugares los $900 por litro. Mientras, en las zonas más extremas como en las regiones de Magallanes y Aysén el combustible llegó a los $1.000 por litro, lo que causo reacciones entre quienes cargaban sus estanques.

El economista osornino René Reyes, director del Departamento de Admistración y Economía de la Universidad de Los Lagos, explicó que la solución, a su juicio, es crear un Sipco 2, sistema mediante el cual se podría fijar de mejor forma el precio de los combustibles y evitar un mayor endeudamiento de los chilenos.

A través de este mecanismo, afirmó el economista, las autoridades podrán estabilizar de mejor forma los precios a los combustibles a pesar de las extremas alzas a nivel internacional, generando mayor estabilidad en los bolsillos de todos los consumidores.

En cuanto a las causas de estas continuas alzas en el precio de los combustibles, afirmó que es una variable muy sensible a los acontecimientos mundiales, como las guerras u otros conflictos sociales.

A lo anterior se suma que Chile no produce petróleo, lo que nos convierte en un blanco vulnerable a las fluctuaciones constantes en el precio de los combustibles. Esto lleva al país a pagar lo que se transa en el mercado internacional.

No obstante, a ello hay que sumar algunos tributos, como el IVA y el ya conocido Impuesto Específico a los Combustibles. Por otro lado, señaló que la medida paliativa del Sipco, mecanismo amortiguador del precio, hoy no está dando los resultados esperados en el contexto actual.

Mientras no se genere un cambio en el sistema, los chilenos tendrán que buscar otros métodos alternativos, como la locomoción colectiva o bien coordinarse y utilizar un mismo auto con los vecinos de una villa, entre otros ejemplos.

Desde el sector político se ha insistido en la necesidad de revisar la carga impositiva que se gestó como una forma de obtener recursos para mantener las rutas del país, cuando no estaban concesionadas, lo que varió al quedar en manos de privados. Sin embargo se convirtió en recursos destinados a cubrir necesidades financieras de otros programas, especialmente sociales, lo que hace complejo evitar el gravamen.

Este encarecimiento histórico de los combustibles también se aplicará a otros combustibles, como en el diésel, el cual subirá $8,8 por litro, mientras que la parafina (kerosene) tendrá un alza de $6,8 por litro.