El miércoles pasado los principales diarios de occidente publicaron una noticia que de tan fea se vuelve demasiado interesante. Se trata del informe publicado por la revista científica Nature, sobre investigaciones llevadas a cabo por un equipo de los más prestigiosos científicos de las principales universidades del mundo, donde se revela que se está esperando que en cualquier momento se produzca una especie de erupto de la madre tierra en las vastas planicies de la tundra ártica.

Ocurre que bajo la costra de barro congelado que bordea el círculo ártico, hay una masa gigantesca de metano que quedó atrapado a presión hace millones de años. En una zona al oriente de Siberia, cerca de la frontera con Estados Unidos, hay una especie de bolsa que contiene 50 mil millones de ese gas, y tal como lo habíamos informado años atrás en estas crónicas, el calentamiento de la atmósfera y el cambio climático, están derritiendo lentamente pero sin pausas, el tapón del permafrost.

Ocasionalmente se han registrado filtraciones y escapes de gas metanos, y a menudo a entrado en combustión generando extrañas plumas de llamas. Pero ahora las mediciones del recalentamiento sobre el permafrost indican que esa burbuja de metano está en punto en que puede estallar en cualquier momento.

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