El opositor Partido Laborista pidió este sábado al gobierno del Reino Unido aclaraciones sobre el uso por parte de espías británicos del controvertido programa estadounidense de vigilancia de comunicaciones por internet PRISM.

La vocera laborista Yvette Cooper indicó que “las agencias de inteligencia tienen que ser capaces de conseguir información del extranjero, especialmente para llevar a cabo su fundamental trabajo contra las amenazas terroristas”.

“Pero se debe hacer dentro de un marco legal aprobado por el parlamento para que haya garantías apropiadas”, agregó Cooper.

Ante la “preocupación de la opinión pública”, el portavoz laborista para las Relaciones Exteriores Douglas Alexander pidió al canciller William Hague que concurra a brindar explicaciones al respecto a los diputados.

La agencia oficial a cargo de las escuchas en Gran Bretaña entregará en los próximos días un informe a la Cámara de los Comunes para esclarecer sus vínculos eventuales con el programa de espionaje en internet PRISM utilizado por los servicios de inteligencia estadounidenses, que se encuentran en medio de una controversia en Estados Unidos.

La Comisión parlamentaria sobre la inteligencia y la seguridad “recibirá un informe completo del GCHQ”, el servicio gubernamental de escuchas subrepticias, “muy rápidamente y decidirá qué medidas deben tomarse cuando tenga esas informaciones”, indicó el presidente de la comisión, Malcolm Rifkind.

El informe podría ser entregado el lunes. Esto surge al día siguiente de las revelaciones del periódico británico The Guardian en las que afirma que tiene en su poder documentos que prueban que el GCHQ tenía acceso al sistema PRISM desde al menos junio de 2010.

El GCHQ se rehusó a hacer comentarios y afirmó que trabaja “en un marco jurídico y político estricto”.

El Washington Post y The Guardian informaron el jueves que los servicios de inteligencia estadounidense utilizaban dos programas secretos: uno que permite monitorizar desde 2006 las comunicaciones telefónicas en Estados Unidos realizadas a través del operador Verizon, y otro bautizado PRISM que apunta a interceptar las comunicaciones en internet en el extranjero fuera de Estados Unidos, en nueve importantes redes sociales, incluida Facebook.