Los últimos informes del Sernageomin muestran una disminución de los sismos en el macizo, sin embargo, se mantiene la Alerta Roja por la alta probabilidad de una erupción intempestiva, mayor a la de diciembre pasado.

Entre el miércoles y el jueves se registraron 947 sismos, con un promedio de 40 eventos por hora, lo que marca una tendencia a la baja, luego que el fin de semana pasado se observaran más de 4 mil sismos en 24 horas.

La cámara instalada en las cercanías del volcán mostró una columna de gases este jueves, que tuvo una altura de entre 100 a 200 metros, en dirección al sureste, en dirección a Argentina, al igual que las cenizas observadas desde Neuquén, donde podría precipitar hasta un centímetro de sedimentos.

Con estos datos, el Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur (Ovdas) señala que se debe tener en cuenta “que la naturaleza de la actividad volcánica es pulsátil, siendo necesario tener un tiempo prudencial de descenso y/o estabilidad de los indicadores sísmicos para considerar que este pulso de actividad ha cesado. Hay que recordar que nos rige el principio de precaución”.

Es por eso que aún existe el peligro de ocurrencia de eventos eruptivos de manera intempestiva, posiblemente con intensidades mayores al evento registrado en diciembre de 2012.

Las erupciones podrían generar flujos piroclásticos (mezcla de gases y sólidos calientes que se arrastran a nivel del suelo) y lahares (cenizas y sedimentos arrastrados por el agua) en un radio de 25 kilómetros alrededor del cráter activo y en las riberas de los ríos que nacen en el volcán.

Mapa de riesgo ante eventual erupción:
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Mapa de riesgo | Sernageomin

Mapa de riesgo | Sernageomin