Cuatro equipos separados de científicos anunciaron el domingo que no podían reproducir un estudio muy publicitado que el año pasado promocionaba en Estados Unidos el éxito de un medicamento contra el cáncer para atacar la enfermedad de Alzheimer en ratones.

“Queríamos repetir el estudio para ver si se podría construir sobre él, y no pudimos”, dijo David Borchelt, profesor de neurología en la Universidad de Florida, quien señaló que “era importante publicar los hechos.”

“Tal vez debería haber cierta cautela en el futuro en lo que se refiere a los pacientes”, añadió.

El estudio de alto nivel publicado en 2012 en la revista estadounidense Science encontró que los ratones tratados con bexaroteno se convertían rápidamente en más inteligentes y la placa en el cerebro que causaba la enfermedad de Alzheimer comenzaba a desaparecer en cuestión de horas.

Se creía que el fármaco funcionaba aumentando los niveles de una proteína, la apolipoproteína E (ApoE), que ayuda a eliminar la acumulación de placa amiloide en el cerebro, una característica clave de la enfermedad de Alzheimer.

“Estábamos sorprendidos y asombrados,” dijo en aquel momento a la AFP el autor principal del estrudio, Gary Landreth, profesor en el Departamento de Neurociencias de la Case Western Reserve University School of Medicine en Ohio.

“Este tipo de cosas nunca, jamás habían sido vistas antes”, dijo.

Sin embargo, una parte clave de la ciencia es la posibilidad de reproducir los resultados de cualquier investigación, y los investigadores internacionales reportaron en cuatro documentos separados en la edición de Science del 24 de mayo que no habían podido hacerlo.

Otros investigadores que publicaron sus intentos fueron Bart De Strooper, director del Centro VIB para la Biología de Enfermedades de Bélgica, y Sangram Sisodia, director del Centro de Neurobiología Molecular de la Universidad de Chicago.

Los científicos dijeron que sus estudios no mostraron efectos sobre los niveles de placa en tres poblaciones diferentes de ratones de laboratorio tratados con bexaroteno.

Un cuarto grupo de investigadores dijo que observaron avances mentales en los ratones, pero no pudo confirmar que esos resultados se hayan conseguido por medio del mecanismo reportado inicialmente, dijo el co-autor Iliya Lefterov, profesor asociado en Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh.

“Si bien hemos podido comprobar que los ratones recuperaron rápidamente sus habilidades cognitivas perdidas y confirmaron la disminución de péptidos beta amiloide en el líquido intersticial que rodea las células del cerebro, no se encontró ninguna prueba de que el medicamento despejara las placas de sus cerebros.”